Me estaba embrollando

Me estaba embrollando demasiado...         xx+
      convertido en un fardo/-fajo de mierda-
      tipo desagradable y charlatán.
La incontinencia de la consciencia y la inconsciencia 
se sucedían al emerger entre las grietas/-apertura
                de cualquier sentimiento ardiéndome...-
Una ocasión/oportunidad similar a la navegación cósmica
sin vigía en el palo mayor.
¿Era algún tipo de meditación al uso...?
-No, no creo.

Tenemos que dejarnos ser...  Déjate ser
                             es interesante.../   
                                   sin interrupciones.
¡Menuda ocasión que tenemos...!
Nunca somos conscientes de ello
                                      -pero ahí está-.

Déjate ser...              llévate contigo.
No es fácil decirlo ni definirnos personalmente.
            Nunca nos hemos atraído lo bastante,
-somos traidores de nuestra contradicción necesaria-.
En algún momento tendremos que ceder.

Déjate ser/
           verás qué cómodo te resulta/ y estás...


Sufrir/dormir…

Sufrir/dormir... ¿Qué más da?        xxx+
Estar siempre delante de uno
           -eso sí que es triste-.

Que fácil sería dejarse conquistar
                  presa del sueño
       y cerrando los ojos abatido
   ceder a la presión de las cosas...
Quién puede saber   con/en cada viaje
cual es su destino final,
                         y si lo busca
         encontrarlo igual que imaginó.

Irte, volver...
volverte a ir/ o para no volver.
Partir casi sin quererlo, porque sí...               
      cada vez más lejos más a menudo.               
Sin horizonte, sin red/sin cielo ni fronteras
...y tardando un segundo menos en reconciliarte
                 hacerte eco de una conciencia.     
Soñar 
desprovisto de alas... embriagado/ medio borracho
                    por los confines del universo.

¡Qué felicidad tan intensa/inmensa!
¡Qué paz tan infinita y maravillosa...!
          Errante, sin fuerza alguna
          por los páramos del instinto/intelecto/
intestinos del caos que se expande atravesándonos.
          Vagabundo... perdiéndote en caída libre
hacia el vacío aventurero/amodorrado  
-sin apreciar ser cuerpo de nada-.

Irte... volver una y otra vez.                                  
Y así cuantas veces sean necesarias.             
Salir de ti/de tu vida, de tu conocimiento/
                           -ente en soledad-
         con la lentitud/cadencia dúctil
                     de un suspiro de fe.
   Y sucumbir en su profundo plácido letargo/
             latido coherente contigo mismo.  
   Olvidado/
   olvidándote del olvido que te busca necesario
   y quién sabe si también para lo que nunca pasó
               o el nunca jamás de lo ocurrido...

Irte/ y volver
       sin más problemas que el mismo cansancio
    de la penúltima vez que te aguarde/persigas/         
                        lo encuentres/aguantes...
Y adivinar/ -trazar conjeturas con los dedos-
en el cristal empañado/empeñado/                
preñado del pensamiento.
Apisonadora que te pasa por encima
que te plancha sacándote las tripas/-sesos fuera-
esparcidos por el pavimento 
friéndose abrasados
por el sol y el alquitrán de la perra experiencia.
Esos días malgastados/mal olientes desmenuzándote 
                      como pasto/ratas del diablo.

Irte, volver
         volverte a ir.
Frente a frente... ante la ilusión perdurable
            -quemada/podrida ya nuestra suerte-
    al fin muertos de/entre todo lo que existió.          
    Envueltos en maderas de pino/púas/penas
     regalo de/a la tierra por su traición.
     Y echar en falta quizá  -como motor-
          lo que no tuvimos ni conocemos aún. 

Ir, volver...
¿¡Pero qué es esto!?
            ¿De qué se trata!?  
¿Dónde voy...?, ¿de qué vuelvo?

Nada/todo, yo...         el mundo/
Y mis particulares ojos detrás de la ventanilla,
al otro lado  sentado/echado en/hacia su hombro
             inane/estéril/descarnado/invisible,
empujado por la inercia de lo inconsolable/
inconcebible.

Sigo/ espero... sueño conmigo dentro
en el escándalo/cámara/intervalo de pasiones
                -una y cien mil veces harto-.
    
Y yo, otra vez yo...    delante mía.
¿¡Qué hago aquí!
 ¿Qué soy...!!?      
Me persigo/persino en su reverso y me venero
me veo raro, muy raro            
                          -como a un extraño-.
Igual que una batería de fotos/cruz/soga/trofeo...
      relicario al cuello de un ahogado/ahorcado.

Es difícil mirar, abrir los ojos
         y ver siempre al mismo!
Y así: yo, la vida...           uno.
¡Estoy/sigo... espero!

Irte, volver...                                   
                    ¿A qué/de qué!?
¿Y qué me importa ya...?
Si no soy más que nada.       La nada
del antes de mi concepción ya gastado
              -un asco de lo no nacido-.         
Acaso...
un cacho/reducto minúsculo de espacio/tiempo
                  escupitajo echado a perder.
       Y pareciéndome verdad entre todo ello
                      -un engaño más...-

No, nada...                 soy nada.
Nada sobre la nada más inmunda y miserable
que se haya gestado jamás.
        ¡Menos que nada...                            
         maldita y bienaventurada nada.
Y aun así, late mi corazón y lloran mis ojos       
cuando me siento tan vil/inútil.
Y aprieto los dientes, los puños
        y me tiro de rodillas al suelo                    
                      ante ti.../mi yo.
-El que fuimos, el que nunca será-
 Y te odio igual que ayer te quise sin saberlo
 y no me siento libre de ninguno de los dos.
                                          
                                   Y espero...
¡Tengo sueño.../ mucho sueño.

-Rezaré por ti... colega.


El camino que elegimos…

El camino que elegimos...       xxx
  nos conduce a todas partes/
 ¿Es un dilema?  
-¡Qué más da! ¿A quién le importa?

Lo agarré/lo arranqué del suelo, 
lo tomé en mis brazos
y lo acuné...
Lloraba desconsolado, compungido como un bebé.
     Ya no hay sitio ni cuna para ti -le dije-
     Y me mordió en la mano 
con sus encías de angelito sin dientes.

Ahora, cada mojón/señal de/ a sus orillas...
-entre las hierbas y el polvo-
me recuerda lo que me hace sangrar –hoy-.
Los recientemente aparecidos 
  -cuchillitas de leche de piedra-
  de las que huyo.

Y me vuelve a morder y no me suelta...
hasta que se queda con algún dedo roto/
-trozo de carne-
como si de un juguete o regalo se tratara.
Mientras se calla y se lo traga 
                 sin rechistar.

Así me va devorando
el camino, la boca del tiempo, 
                  y el niño que me crece
y no conoce de su amo más que el hambre...


 

No hay un sólo pie

No hay un sólo pie que conquiste el mundo          xxx  
ni camino que no sepa dónde está...
 No anda el hombre 
es el cielo/la tierra los que le obedecen y retroceden 
asustados ante él/        -los pasos del infectado-.

Nada me separa más de lo que busco
que no saber lo que quiero después de verlo y contemplarlo
         sin que lo pueda evitar,    -el vaivén...-
Tanta piel haciéndose almíbar en los labios sin un beso
      sin poder apreciar el verdadero sabor de su boca.
-No te valen...-
Turbiedad compartida
y más abajo lodos/nodo del largometraje.    
-¡A mí no me culpes...!

Llegué a acostumbrarme y ahora te busco
    para cuando todo decline/mengüe/se acabe...
       -¡ya sabes para qué!-
-Me admira que puedas aguantar ni un minuto más
con esta tu charla/soliloquio absurdo al abstracto...

Si la piedra fuera barco.
Si la profundidad de lo bello ser.
La hoja aljibe/
la boca rama.
El pájaro fruto...
Y crecer libre/erguido como el elegido
    -y entrar para no volver-.

Ser el polvo, hilván de la mirada hecha barro/fósil
      vasija/restos/color
de lo que una vez amé y te llamé...
Y el exacto extracto de las cosas prohibidas sorprendiéndonos.
Y el claro del bosque, el aire fresco, su calima...
y luego no poder seguir 
porque nada nos esperaba -solos-.

Y que te diga que se ha vuelto... ¡Es que no lo entiendo?!
Sin previo aviso, a mendigar
en el hambriento perfil del ridículo pasajero evitándome/ 
olvidándome...

Como botín de lo lamentable me declaro lagartija de pasillo
huésped que persigue
a la mosca de la luz con su nuevo elixir...
-me huelo en él-. 
Ven, acompáñame;
 de habernos encontrado antes seríamos hoy mejores/
                                    y buenos amigos...

¿Y el texto...? -Me pregunto 
¿Qué ha sido del texto?
   De aquello que pensaba decirte y escribirte
         -sino explanada de aterrizajes/reclamo mudo-.
Ya no los mimas ni miras como en otro tiempo, 
ni los lees...
Su resplandor, el ácido de las gotas de la cueva/
saliva de la tierra de un cuerpo que los asusta. 
Lo entiendo, sí...
pero creía que no te ibas a hartar -nunca jamás-.

¿Y qué podemos hacer...?
Cuando/ como fascinado -siempre huyendo- 
perdemos la licencia del ser. 
Y nos convertimos en menos que nada, ¡nadie!    
                           ni siquiera su fantasma/   
remolinos de arena en el desierto 
-sombras de su condena...-
¿Qué se puede hacer? 

De haber sido algo... quizá un tipo cualquiera/
                                   duro o frágil.
O que nos hubiéramos encontrado en otro mundo, 
               de otro modo, en otro momento
en un ambiente más dulce, -lugar de hogar...- 
También eso me gustó/ y nos costó-.
¿Acaso todavía seguiríamos juntos?

No sé a qué se debe todo esto que nos pasa
 pero.../ por algo será.


Somos pasado perfecto…

Somos pasado perfecto...           xx+
-de lo conocido la ausencia-
       de su vida una traición.
...Voz de ninguna boca articulada
cubo de brasas/aljibe/hielo descongelándose
raíz de manglar/cilindro de motor
broza de porcelana/...parcela estéril.     
-Frígida en la higiene de un cráneo
                 y de sus coetáneos-

Abono y fecundo mi yo
mientras lo desafío/desfalco y defeco...
Ando desesperado como debe estar
     cualquier mono en su jaula.
Sin saber la razón/motivo y deseando,
        ...deseando salir de aquí, huir/
        -siempre huir-.

-Lengua de serpiente/laguna de escarcha/fuego tú
              el que nunca muere sin mí...
Te vestirás de rojo y azul con crespón negro
antes de caer al vacío y desaparecer.
-Ya lo predijo el oráculo...-

Acepto mi nueva condición/posición, 
-postura en el anclaje-
  desubicado y de su error no asumido 
  velando a su descendencia.
Me duele, ya no hay un lugar hacia donde ir...
No siento ningún alivio por ahí dentro tirado/
              tiritando con los nervios fuera. 
-Escarpias a flor de piel-.

El esbozo/escorzo de su mirada y el tono/
                             trino irónico.
-Naturalmente que me importa- y me aproximan
como su pretexto/proyecto desde entonces
                     en origen ya fallido...
Y me resuelvo/revuelco en su desgana/desgracia.
Ahora soy de tu perfil un encanto,
     -la cuenta atrás de mi caricatura...-.
Ataduras del demonio/dominio de lo engendrado 
                                   terminado.
Está concluyendo ya eyaculado. Sí, 
y con gusto/olor a secuelas en la mano/-mazo
del tozudo allá...-
 
De todos modos, huyo.../ me voy
en mitad de este mi último receso, poema/
verso de verano de vuelta a casa.
Navegando en el tablero donde tú y yo hemos jugado/
     enrocado... -abrazados al rey que pudo reinar-.

Y lo siento.     
Siento mucho tu vacío en mi corazón desahuciado/
ya desarmado...
-No eres los que pensé que seríamos-.



Sobre un mes de julio

Sobre un mes de julio me paré a pensar     xx+ 
                         cerca del cementerio.
-Que una mojigata señal afuera no es suficiente
para devolverme entre lo prestado...-
¿Y qué diferencia había entre ellos y yo?

Así empezó todo,
     y el vago de esta desazón/disertación.
Como una conspiración/respiración profunda 
y triunfadora
antes contenida, agobiado por el fluido
-con las alas replegadas sueltas- 
al fin, alzando el vuelo       
berreando/barrenando el círculo/-diana de la memoria-.
Con la boca abierta de par en par
-llorando mudo sin dientes- como un bebé viejo 
medio ahogado, “pasao”, manchado de sangre 
      feo/-feto nadando al fin a sus anchas-.

Y te miramos Señor,
y nos vimos en la cara del que también nos miró
      en la pantalla/-escáner latido de su tacto-.
Veníamos sin saberlo, como tú, de la otra parte...
Porque yacemos en algún lugar antes que en este, lo sé.
Lo he sabido siempre, es fácil, 
-lo tengo bien claro-.

Sobre su lecho/suelo, 
los nervios de su matriz desalojada
-raíz de lo real- nos persigue ya huérfanos
desde el comienzo del inicio al parirnos
              -precipitándonos al vacío mundo...-
Abrazados a su hedor/gusto esperamos exultantes
en la cómoda victoria del conquistado.
-Convencido me veas, o no, partir 
   como antes de lo que fuimos...-
Y nos saludamos/sacudimos del recuerdo que nos idolatró
en otros tiempos menos flácido/moderado.
-Solos tú y yo, cara a cara otra vez...-.

Somos una carta perdida, -devuelta a su dueño el tramposo-.
Todo se reduce a una conjetura/atadura de cordón
del zapato que nos aprieta.          
-Conciencia-.
                                          ¡No más!
Nada, absolutamente nada tendrá nunca el sentido
que tan azarosa/celosamente tú y yo le damos 
                                      ni queremos...
Ni con todo el cariño del mundo 
porque todo tiene su trampa 
culpa.
-La que alguien ha puesto ahí en exclusiva 
 para nosotros-.

Y volviendo al cementerio:
somos de la sepultura su relleno, -el pájaro cantor-
       la tela de araña en la comisura de los labios/
cornisa de la estatua de piedra esperándonos.
Somos la paciencia/penitencia del tiempo 
     mientras nos descomponemos,
     -su polvo remolido una y otra vez-.
El atardecer de una molécula/melancólica y armoniosa 
ilusión hecha carne, hambre de hombre ciego
           y de su resurrección crepúsculo...
La oración y el rezo silencioso del que nos mira ya muertos
como en él, el que nos sucederá...
Somos un susurro en el aire/brisa, adiós y dolor.
-Mucho dolor...-
 y del bueno del que pudimos escapar/aguantar
en el horrible e indiferente placer 
del que todo lo abarca y acaba.

Esa es la paz del guerrero en el saco de ascos/piel
           examen de su desdicha/concebido y locura.
Alcanzamos la calma... 
al fin nuestro cuerpo huele en serio
-de verdad- a peste de podrido 
con el rostro
                            rastrillo/máscara
que ha venido arrastrando tras de sí la muerte…

Hay una adivinanza a título póstumo y personal...
¿Qué animal de la tierra tiene conciencia/
consecuencias de que existe
   y sin embargo
   deja que se apague/pierda su luz/estrella?

¡Pues hala/ ya está!
Mañana más...
Fin.