Quiero hundir

Quiero hundir      x
con las manos podridas
las miserables teclas...
y cabalgando sobre sus crestas
recorrer sus escondrijos
entre mayúsculas
y espacios malditos.

Quiero hundir
con las manos podridas
las miserables teclas...
apartando, uno tras otro,
el pausado silbido
ese rechinar de engranajes,
rebuzno cumplido.

Quiero hundir
con las manos podridas
las miserables techas
para dar con la tinta
en la cara del imbécil cilindro
y no teniendo tino,
borrar lo no escrito.


Huyen las olas

Huyen las olas        x
que la arena devora
en continuos aletazos
desplegados en zozobra...
entre babeantes suspiros sin honra.

Desarbolando el casto relicario
con pregones de perpetua atonía
que dejan en cueros vivos
a la luz vidriada que las poseía.

Hasta que se apaga el llanto en bonanza
con la pueril brida de la azacaya,
esa que siega y empapa
la meseta que antes palpitaba.








Sólidas porcelanas

Sólidas porcelanas        x?
con sus culos chocan
entre los demás cubiertos,
buscando en la mesa
su guiso/su condimento.

Y lanzadas,
hasta perecer en el intento,
estrujan el tejido del mantel
contra su pecho.

Mientras tanto...
el fregadero atento,
espera rozar sus senos
con la brisa del jabón
y el estropajo de acero.


Rebosa la espuma el cemento

Rebosa la espuma el cemento        x?
que acordonan las aguas mansas
ocultando en su interior
la garganta que las lanzan.

Es agua de fuerza y luz,
de capa y espada
que con sus minúsculas gotas
tejen cortinas aladas.

Hueles a humedad fresca,
tragas saliva templada,
hasta flotas en sus pompas
sobre las losetas mojadas.

Partiéndote el esternón, 
-si te descuidas...-,
en el filo de su balaustrada.