También se adelanta tu mordida... xx?
aceptándome alimento con la mirada que me niegas
que mis ojos se sienten presos/ocultos
bajo los parpados
por el miedo/asedio/al que se ven sometidos.
-deleites que de ti parten...-
Te reconozco por lo que llevas puesto en la boca
cuando te marchas.../-porque me asusta/suena-
Me di cuenta por el tacto de que ya no eras tú
ni respondías igual a mis caricias/
que no gemías como otras veces...
-te habías olvidado incluso de fingir-.
Me haces cada vez más fuerte/inimaginablemente hábil
...con las nuevas oportunidades
que me das para vencerte.
-¡Tú estás loco...!
Ni lo sabes.../lo bien que me sienta.
Ni te importa, ni te interesa lo atractivo/
importante que es la estrategia
en la tragedia de la guerra.
Normalmente se presiente en la escucha/
por el ruido del resbalón a la entrada-de su puerta
corriéndose liberado por el cerrojo...
-que he de estar despierto/prisionero hostigándome-
Como la espada de Conan el Bárbaro.../ de peineta...
me inclino para que te la arranques del pelo/
trenzas del moño... y me ejecutes
antes de que te meta de nuevo/ otra vez
en la lámpara/cascabel de ¡hAla!-dí-no/
Allí... bajo aquel enorme árbol/
-por el que trepa la serpiente- hagamos de nuevo el amor
aumentemos las criaturas del mundo
de ese modo que tú y yo sólo conocemos...
justo donde descansan los cuarenta ladrones/
con el papel en la mano leyendo la exhortación
pasados a limpio que me replicas
cuando no te hago caso y preferimos echarnos la siesta.
Luego vendrás a secuestrarme/ -sin que esté despierto-
en un carruaje fúnebre... /de ruedas plateadas
y de corceles negros -a la luz de la Luna-
porque sabes que me gusta la luna/ y me encanta el negro.
Pero no me convences.../ de que todavía
nos fuguemos juntos/de que me fume contigo
el último pitillo -del último gran polvo-.
Siempre me lo has anunciado –y sé que vienes-
aunque me haga el triste/el escondido/el condolido...
Como el reloj de la torre -apresurado dando la hora-
mientras las palomas asustadas
huyen en cada uno de tus arrebatadores ángelus.
Y no me pellizques más en el muslo/culo...
-que no nos ha visto/ni oído nadie-
ya he aprendido hablar con sigilo-abonico contigo.
-La soga floja y su coeficiente de durezas/ cuenta...?-.
¡No...!
No estoy todavía para eso... ¡Mi alma...!
-¿Y el látigo...?/
Tampoco.
Pues bájate los pantalones que vamos a jugar
al veo/veo, al teto... -según te portes...-
¡Soy todo tuyo... lo sabes muy bien
que a tus pies florezco!
¡No te pases...calamidad/ que sólo es un juego!
¿!Tiras tú... o tiro yo!?
¡Anda... déja que lo piense!?
¡Estás tonto... yo,
siempre/
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