¿Para qué tanto amor…?

¿Para qué tanto amor...?              xx
¿Para qué empeñarse/embrearse en algo tan fugaz?
Algo a lo que nunca pondremos nombre/
                      haremos frente...
esperando que te lo devuelvan 
por el precio que lo fiaste.

El amor tan sólo es una explosión/conjunción
-cosa cruel- de un arrebato
producto de la casualidad/cruce de sustancias químicas
paridas, que parten de nuestro cerebro/cuerpo...
y se dan cita en medio de algún lugar
con algo/alguien...

El cariño, -su buen/fiel aliado/sucedáneo-
nace, crece y se reproduce con el roce
con el trato continuado.
Lo otro.../
el otro que al revés es el nombre de una ciudad...
-capital de un imperio-/
es un impostor, un golpe bajo 
acompañado de mareos/vómitos...  -gracias a ti-
Pues todo gira/da vueltas
hasta que vuelve/se disuelve en su estado natural
-ya borrachos-

Cuando se quiere... es una especie de recompensa/
un pago en el cual confías
una especie del submundo animal que germina en otro 
sin reconocer/-silvestre de campo- 
que se derrite al sol de las miradas posesivas
que buscan siempre su equivalencia...
descomponiéndose/rindiéndose a las expectativas
que crecen como una seta al amparo de/en la tumba
umbría de las sombras por nacer.

Esperanzas pura esperanza en balde/baile de vampiros 
en la madrugada de la Noche de Walpurgis.
Es una tumba/llena de muertes/nichos 
que se van recopilando/completando 
hasta que no le quedan más espacios/
al escualo con alas de mariposa
navegando tierra adentro/magra y huesos 
atravesados por la bala/
granada de su cañón... -disimulada en flecha-.

Cupido, los faunos/
sátiros y demás personajes atareados
sucumben al cansancio/desgaste agotador... 
Con cada enamoramiento nos desintegramos/
fundidos un poco más hasta quedar exhaustos/
fallecidos en vida.

Nunca, ni al final de los días/tus días
se olvidan esos territorios conquistados/
ganados al/ o por el enemigo.
Nos van descuartizando/desmembrando lentamente
hasta imposibilitar/extinguir la función
de ese gusano/órgano
que se va quedando sin fuelle/fuerzas
lleno de muelles y de fantasmas en polvo/
alas de mosca/quimeras...
palomitas de maíz desconcertadas
con la tapa de la olla volada por el disparo...

Al final, como al principio...
el que más quiere es el que más pierde... 
se muere
o se queda con hambre...  
porque era el que más necesitaba.
Y es cuando surge la gran pregunta:
¿Querer o no querer? ¡Ah, el amor...!

Sinónimo de saberte o no ajeno.../
necesitado o satisfecho contigo mismo.
¿Y qué puede merecer más la pena en esta vida
para revalidarla/validarla/centrifugarte 
parte de la existencia...
sino la lucha por aquello que se desea
lo consigas o no...?
Un rollo... sí/ un soberano rollo.
Pero bueno... es lo que hay.

El amor nace de la desconfianza en uno mismo...
-necesitamos al otro para reafirmarnos-.
Le adjudicamos poderes, tantas glorias 
como faltas creemos tener.
Las mismas que deseamos recuperar
engañados por el espejismo 
de que el otro las posee/
nos cumplimenta/ -o es mejor...-

El amor es un circo/círculo de oportunidades
lleno de galerías laberínticas a precio de saldo
que después intentas vayan a juego.
-Pero no... eso es imposible-.
El amor es un engañabobos/un gen infiltrado
en el lóbulo parasimpático de cada uno...
intentando ir a la moda 
con los caprichos del corazón/
calzonazos de los desposeídos
de sus hijos enviados a la guerra...

Si echamos cuentas... 
lo necesitamos como nos necesitan/
en la misma medida o de ninguna manera.
Tú eres tú y el otro es él...
¡Más claro agua!

-Pero bueno... no te pongas así...
Se podría ver como un ejercicio espiritual 
para con uno mismo/el ánimo.
Y no estaría del todo mal mantenerlo en forma
por lo que nos pueda pasar/acontecer/
al recortar el césped del jardín de las delicias.

Sueña conmigo que yo lo haré igual... o no...
Eso nos contaban de pequeño y todavía sigo soñando
con el final feliz de entonces...
Pero sólo me queda el encanto/
la voz del cuenta cuentos
que velaba por nosotros y de nuestro descanso.

Somos un lastre para nuestro corazón...
el cuerpo y la mente compinchados/ -de acuerdo 
en acabar con él-.
Y nos golpean como si latiera desde fuera 
de nuestras vidas...
en un empate técnico/dóciles
siempre a lo que más nos convenga-convenza.

¡ Y reza... para que todo salga/acabe bien.





21 comentarios sobre “¿Para qué tanto amor…?

  1. •~…pa’ destapar las ganas, hacer/|\de un ángulo la perspectiva de que se sabe amar/jugar. Tanto pa’ luego marcar las desmedidas, sintiendo la cordura volada/ esos desaciertos que provoca desencuentros o lo opuesto. Es como nadar de espalda pa’ sentir alivio momentáneo. Siempre se vuelve a la ruptura, al trace, al fuimos/seremos. Una locura que el tanto rompe y el otro tanto construye. Hacer ruido no es hacer fiesta, y el silencio no es sinónimo de tranquilidad emocional.~•

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  2. Amo y pienso,
    ¡qué mala combinación…!
    Pienso,
    y mi razón me dice,
    «piensa y no ames, sólo te traerá dolor»
    Amo,
    y mi corazón me dice,
    «ama y no pienses, aunque te traiga dolor»
    Algunas veces pienso,
    otras veces amo.
    Muchas, pienso y amo,
    amo y pienso…
    Corazón y razón,
    en pugna uno con otro,
    ¡ay, amor!
    ¡que me puede el corazón!

    Pues sí, Lucio, el amor es una sensación maravillosa que se recuerda para siempre, pero también es acaparador, egoísta, manipulador… así que estoy convencida que, a pesar de todo, se vive más relajada sin amor, lo malo es que a veces le pilla a una desprevenida y cuando quiere poner remedio, ya es tarde y está enredada en su red.
    Un abrazo.

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  3. ¿Que te voy a decir que no haya escrito ya? Cada persona con un concepto y una definición diferentes. Pero a pesar de todo y no es cuestión de soñar, el amor siempre será un regalo tanto si lo das como si lo recibes. Y no hablo solo en el terreno de lo personal por supuesto indiscutible e indispensable también. Un abrazo.

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  4. Qué bueno y qué bien estructurado ese compendio de amor necesario y cariño a voluntad.
    Me encantó todo, pero este pedacito…

    Al final, como al principio… el que más quiere es el que más pierde… se muere o se queda con hambre… porque era el que más necesitaba. Y es cuando surge la gran pregunta: ¿Querer o no querer? ¡Ah, el amor…!

    Lo siento así y al revés…
    también el que más quiere es el que más gana porque al final la recompensa está en uno mismo y querer hace felices a los demás y a uno mismo, porque mientras quieres de verdad, sin egoísmo, como se debe querer estás dispuesto a dar sin esperar recibir nada, aunque esto incluya sufrimiento y o dolor.
    Somos complicados. Y tú Lucio, lo sabes mejor que nadie. Tus poemas son la contundente y verídica prueba de esto. Un fuerte abrazo.

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    1. Sí… «el que más quiere es el que más gana -cuando lo hace de verdad/sin egoísmo…- dar sin esperar/aunque nos duela… -Tú tb tienes una buena versión… -tanto o mejor que la mía-
      Un fuerte y cordial abrazo/ saludos!! Tin

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