Oír/ huir al reloj susurrante/rugiendo xx+
desde el interior de sus engranajes
fiel a sus pasos/posos de tiempo/pozo del escalón
hacia la muerte...
-y que no te despiertes-.
Resulta un alivio mirarlo y escapar a sus garras
-sin encajar un sólo golpe suicida en nuestro corazón-
Crujido a crujido/traste dándole al traste/
consuelo y eco firme en su cuerda de acero flexible
en la disparidad de las semejanzas
con uno mismo...
¿Cuántos latidos se pueden esquivar/ -y soportarlo-
o equivocados aguantar en esta puta vida
en paralelo
con/a la misma frecuencia/música/
son de la máquina infernal?
¡Piénsalo bien...
-¡Déjame, traidor!
¡Suelta, suelta de una vez!
-¡Aguanta, por Dios...! ¡Qué prisas!
El narrador/
Las horas más tempranas discutiendo...
-así somos todos-.
¿Las oyes tú también?
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Al tiempo mejor no hacerle caso, claro que es muy fácil decirlo, madre no me conozco, hace trizas nuestro corazón sin preguntar y cuando le da la gana que es casi siempre. Y eso que él aguanta lo indecible. Sí. Buen resto de domingo.
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¡Buen resto de domingo…/ Paz, -y gracias por tu comentario…-
Saludos!!
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