La tibieza del blanco/ xx
y la promesa en la penumbra de sus contornos...
Sin ninguna obligación/necesidad
necesaria... -salvo lo que no hay-.
Como/cuando si de una vez se tratara -el escapado-
expandiéndose y huido de su futuro en usufructo
al amparo de lo que no ha de suceder...
va y se pega un tiro en la cabeza.
Y regresado tras esa frontera -entre la vida y la muerte-
de vuelta a casa/ y de su cerebro conquistado, solo...
ya en mi cuarto
-abatido-
sin ser presa del pánico
porque no puede ser de otra manera...
Pedirle a todo esto que pase -lo antes posible-
a otro estadio/
Algún nadie/ o algo así parecido a mi lado
cogidos de la mano en este sueño
y el sutil sin embargo... que se perdió en el trayecto
o la tentación a no ser visto/percibido
ni siquiera fugaz
de ningún deseo cautivo...
ni obra acometida engatusado.
-Porque no esperando nada de la vida vivo menos amargado-.
Somos la limpieza del molde/su cáscara de transparencias
-cristal de un retablo/hollín de lápiz sobre papel-/
máscara inmaculada de la criatura desdibujada/
caricatura de lo que desconocemos
hasta que se realiza
al quitársela y quedarse un instante en el mismo sitio
-cara a cara-.
Y ser eso...
Otra vez nada... -a la espera-
para poder ser lo que no hemos sido todavía.
Un deambular perenne por los confines del multiverso
y del mini yo así sacrificado
converso/
convergiendo en el aliento/-fugaz susurro de la oscuridad-
sombra del que nunca ha de nacer...
y de su cuerpo marchito
fantasma.
-Me dejas anonadado/enojado...
Nunca sabremos de lo que somos capaz, -ni haciéndolo-.
Hay un dicho/nicho de misterio/criterio/griterío
en la ejecución/
una parábola/paradoja de onda maquiavélica
oculta tras una rendija del espejo
que nos observa cuando nos miramos
pasando la información a la máquina/Matrix
que nos devora absorbidos/abducidos...
el corazón
-hasta la totalidad de las entrañas-
difuminando nuestra imagen
a la luz
en el agua de la mente global ahora removida.
Sólo somos la reencarnación de una ilusión/
-un sueño que huye-
por un camino de cables en las tripas del monstruo
que no se detiene/deben ni se puede pisar/transitar
por los que nos interferimos...
magnetizados/-presa del Omnipotente-
encadenados del cuello colgando en el vacío
de este patíbulo/cadalso/
suplicio de vida.
Porque ya estábamos muertos antes de volver del éxtasis/
al existir de la materia.
Somos entes reanimados...
en el eco de una agónica agonía expandiéndose
por el espacio sideral
del caos,
hacia su aniquilación total permanente
que le atrae sin remisión.
Somos el flujo/fluido del espíritu cósmico
atravesando el embudo/-constelación de almas
en contracción-
entrando por el ojete/agujero negro/
del culo de Dios.
-Pues me lo pones aún peor... te complicas.
¡Es broma, pavo... /que eres un pavo...!
Anda, descansa y tómate algo/lo que quieras.
¿Es que no ves la tele,
cine.../
-es que no te gusta la ciencia ficción-?
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En verdad solo somos éso, la nada más absoluta.
Existimos por un instante
en la inmensidad del tiempo
y nos evaporamos como la niebla
quedando un sol esplendoroso
y nosostros convertidos en polvo…
Un abrazo.
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Tú, siempre tan directa…
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¿Para qué andar con rodeos? la vida es lo que es por mucho que intentemos adornarla, jajaja.
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