Primero me convertí en sal x
en un puñado justo/apretado,
con el puño en alto, cara al sol
golpeando con fuerza el tablón de la mesa...
Que no se cayera de la mano
cuando pedía o necesitaba algo.
Después me oculté encerrado
en dos senos de cristal de vidrio
con cintura de avispa
por donde ahora transito...
Me paso de uno a otro
tardando siempre igual
para no inquietar al demonio del tiempo.
Para no hacerle el menor daño, -chock-
contra latidos/
alterando el pulso del reloj
de la mesita de noche de mi ángel de la guarda
con el que compite...
Qué tranquilidad más ambigua/desigual
dualidad extraña.
Cabalgar siempre con la soga al cuello
sin saber cuánto dará de sí...
Si se detendrá el animal,
o se partirá la rama.
Pomposo visillo de novia inflado,
insistiendo en volar
antes que entrar en el agua.
Altar del que nunca debimos salir
ni asistir en pos del sacrificado...
-¡No te entiendo... chaval!
Pues que era monaguillo y me bebía el vino...
-¿Y lo de la novia?
Es sólo una figura literaria.
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jajaja monaguillo, y a mano siempre la mistela, te entiendo perfectamente, incluso la licencia literaria
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MUY BUENO
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Muchas gracias…/pippo
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Te entiendo chaval! jajaja muy bueno
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