Una soledad intransferible... xx ¡Única! Sólo mía, para mí. Fría, sin tapujos congelada hasta el éxtasis. Para sentir en su cubierta el crujir de las grietas con el agua tibia del sueño de tu presencia cuando decidas volver... Una soledad lisa y blanca en el hondo de la huevera esperando el ligero golpe que le abra el cascarón/caparazón para soparle la yema con pellizcos de pan vivo... -Mollas de un corazón absorbiendo a otro-.
