Casi puedo leer lo que escribí ayer x en el garabato seco de la pupila/ pulpa blanca. Delicados cachivaches sin frenada ni control. Ligeras sombras visibles sólo al trasluz de una permeable/ permanente nueva infertilidad. Líneas blancas a punto de llorar bordando el atrevimiento... Gemas alrededor del cuello de su mentor al que van a robar/estrangular. Dura apenas un instante su correntilleo por el papel/sesos... Con la bola de acero deslamiendo/deslindando reduciendo el azul de la masa encefálica vertical templando la punta de un cilíndrico capuchón de nazaretano sobre la pasta del cristal en procesión de las palabras... Que desde lo alto de la azotea va dirigiendo él mismo/al mimo/la marioneta que avanza arrastrándose ayudado/convencido de no sé qué interés del titiritero... La huella del escrito es imborrable/ independiente, ajena a los comediantes. Su lectura es la sangre en la boca de los ojos del vampiro... Da igual lo que hayas visto o sentido mientras andabas o le mordías porque nunca tendrá ni se acercará ni de coña con lo que los motivó... Lo que lees no significa nada que no haya estado/o porque esté antes en tu cabeza. Las palabras son las huellas del camino y este se hace osco/pesado si se transita en demasía... Luego entre uno y otros se van borrando/eliminan. Pase lo que pase/quien pase el camino sigue y las huellas desaparecen contradiciéndonos... No somos ni eso, acaso un molde temporal en el barro/ vasija... ¿¡Quién lo puede saber!?
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Se comieron los gusanos…
Se comieron los gusanos... xx algunas de las palabras que dejaste escritas para mí en el parte de oficio. En el tocho de papel amarillo que estaba al final del bloc de notas -post-it-. Era tan dulce/ tan lindo, tan entretenido... que no aguantaron más -y lo están devorando-. Trato infructuosamente buscando entre los restos entre el montón de pulpa y de virutas acertar cual era su mensaje... Escucho un eco nervioso, convaleciente que pasea/pelea por las galerías del papel en esos espacios tan diminutos/ocultos -aún sin desmoronarse...- Invocando a mi suerte para que se hagan legibles. Jamás se desparramaron con orden cuando estaban sobre el microondas/ o pegados en la puerta del frigorífico... Ni cuando alguna vez se cayeron al suelo -y menos ahora- cuando están siendo devorados. Rezo al dios de la discordia por nuestro bien/por su bien, por el tuyo, por el mío, por el de los dos, por el de los tres... Que recobre todo esto pronto el sentido -antes de que vuelvas- y me mandes a hacer la compra, la colada, la plancha, la comida, la merienda, la cena, las camas, la noche/ y el día... ¡Mi amor!
Lo tierno a lo tierno, lo duro a lo duro…
Lo tierno a lo tierno, lo duro a lo duro... xx? ¿Qué come? ¿Dónde mina la oruga o barrena el gusano? ¿En qué se transforman después de una ingesta severa/ breve letargo? ¿Qué hace, en qué pasa/dedica el tiempo la hormiga con sus mandíbulas/tenazas... Además de ir triturando convirtiéndolo todo en pulpa como alimento para sus diminutas y voraces larvas? Dime... ¿De qué se alimenta el sueño? ¿En qué se convierte después de cada despertar? ¿Y por dónde anda la vida mientras tanto...? Los sueños, la imaginación son las mariposas del paraíso perdido... Distraídos/entretenidos, interpretamos todo tan mal... [función/defunción/fundición... definición] Porque nos olvidamos de la verdadera realidad lo concreto, lo vital. Nadie necesita salirse del guion cuando se siente así atraído por el cebo de la infelicidad, por el soborno/ bochorno de las desgracias y las consecuencias de su dolor... Desde su aparición, las ideas son manipuladas se prostituyen a conciencia a conveniencia del mal... sometidas al mejor postor/proxeneta. Anhelo, deseos, odio, rencor... -a partir de entonces- irán siempre cogidos de la mano. Hay más tinieblas en un razonamiento al uso que en cualquier derribo de/para una nueva construcción. Nuestro destino se compone de estar siempre insatisfechos disconformes con lo que nos pasa, –sea lo que sea- y después viene todo lo demás... Salvo alguna gota desmenuzada de felicidad concentrada laig como apartado/apeadero para inhalar/respirar un poco/ algo de tranquilidad. La insatisfacción es una carga hueca, ingrata... torpedo bajo nuestra línea de flotación. Aunque con el tiempo nos vamos habituando a ella como el rehén a su captor. No nos queda otra salida que inventarnos todo aquello que no sabemos confundidos/estropeados/perdidos... Mientras el monstruo hambriento llama a la puerta porque huele a duda, a carne fresca... Avispa que pespuntea/penetra con su dardo nuestro corazón marcándole el paso/ritmo de su latido/un patrón... Dejemos todo esto de lado/de una vez... y disfrutemos. ¡Alcemos nuestra copa y rompamos el cristal...! Pongamos una liga en el muslo de la desobediencia y de las obligaciones por cada verdad/ilusión que se nos resiste. Que no ha podido ser/ni verá la luz jamás. [Ipsa olera olla legit (“Cada cazuela recoge sus propias legumbres.”)] -¿Te acuerdas cuando Dios todavía era como nosotros...?