Tengo un recuerdo perdido xxx+
en el bolsillo de mis pantalones rotos.
¿Te lo imaginas al muy bribón
asomando la cabeza para que lo veas
y cuando le metes mano
el insecto/gusano de cuello arrugado
te escupe leche de higuera en los ojos... (¡?).
-Pues yo igual-
¡Cómo cambia el mundo! ¡Ya no es lo que era...!
Me acuerdo cuando te sacabas de todo
del fondo interminable del forro de los bolsillos
como si se tratara del cielo...
lleno de canicas, petos, monedas/-peripecias pendientes-.
Te paseabas abstraído con las manos metidas dentro
sujetándolos a todos impacientes...
-para seguirles la broma-
A la vez que silbabas/tarareabas tu canción favorita
a punto de pasar por la puerta de tu chica
que posiblemente ya te vio.
Mimetizando/haciéndose la estrecha/remolona...
Y ese pitillo/calada que sabía a gloria
como descanso del guerrero...
O cuando te cruzabas con su mirada
igual que un choque de piedras vivas/algodón,
y te rendías sumiso obedeciendo su quietud/-signos...-
dando otra chupada, embolsando el humo en la boca
haciendo pompas de fervor...
Entusiasmado como Viki el Vikingo
mientras te alejabas sonriente, -por dentro y por fuera-
como la Pantera Rosa.
¡Qué tiempos aquellos...!
Sentado en el manillar de la bicicleta sin guardabarros
de mi amigo Pedro Luis, en el cuadro Antoñito
y en el portaequipajes el “grandullón” de Franco.
Los cuatro presumiendo... -rondando a nuestra manera-
a toda la que se atrevía a cruzarse/salir a la calle,
bajarse de la baldosa/acera...
Y correr ese peligro
de que les cayésemos encima o la rozáramos
deseosos como íbamos todos “del jueguecito”...
O cuando quedábamos en las pilas debajo del nogal,
frente al molino, escuchando el agua pelearse
con los muros de piedra;
hasta que se rendía vencida/mecida en el remanso
de la campana/boquera.
O en los pilones de la plaza de la cruz
para jugar a las cartas
y de cómo nos amontonábamos chocando,
buscando hacernos sitio,
siempre al lado de la que estaba más buena/
se dejaba...
Y ese tonteo plausible que nos enganchaba/enredaba/
entrelazaba como un cuerpo único del tonteo.
O las sentadas en los portales de la Amalia/Pilar,
escuchando a Patxi Andion/Serrat/
T.Rex/Los Panchos
en el tocadiscos de la tía de Yayo.../-mi mujer-.
Y los paseos en tiempo de los primeros exámenes
después de la lluvia por las calles llenas de charcos,
saboreando el nuevo fresco/humedad del otoño...
mezclado con el olor a ropa del armario
de la primera camisa/rebeca de la temporada.
Liados, “enredaos” en esas conversaciones
“trascendentalísimas” y de un buen bocata
-que siempre compartíamos-.
O de las partidas de ajedrez con Pepito
-el de las vacas-
Merino, Juan Antonio, o con ellos y los otros
en el bar del “Pisones” jugando al “tute subastao”/dominó.
O yéndonos a la piscina/acequia
después del partido de tenis/futbito.
Y las tardes de cine de los domingos en la Media Legua;
-¡las de pipas que jalamos...!, la gaseosa,
la perdiz de lechuga
los dulces a la salida del tío de las monas:
la media luna, el palo catalán, el cuerno, el pan de azúcar...
Nunca nos quedaban perras ni para el último pitillo suelto.
¡Y de vuelta a la sala!
porque el pase era de dos películas con descanso,
en los que se sucedían los cortes de proyección,
el griterío, los escupitajos desde el gallinero,
y el ruido/
temblequeo del paso del tren bajo nuestros pies
-siempre puntual-.
Y las escaramuzas para situarse/posicionarse cómodo...
mientras intentabas seguir metiéndole mano o besar
a la que te había tocado/tenías cerca/al lado.
O las excursiones al Puerto de la Cadena
o al Valle con Narciso
o quién fuera, en nuestras bicis plegables BH/Orbea.
Sentados aquella vez en el banco de obra en la Paloma
a la puerta del ventorrillo/
restaurante que hay antes de la subida,
escuchando la voz de un Billy Swan enternecedor...
-Esa melodía invisible, fantasmal
que se escapaba del antro por una “rendrija”/
círculo/agujero en la pared-.
Y esas partidas de máquinas/futbolín en los Tanques
pinchando en la máquina a Slade, Elton John
o la canción de moda...
“Ata esa cinta en el roble aquél si tu pensante en mi...”
Acompañados de una cerveza fresca o de Coca Cola
con almendras fritas, patatas saladas o una marinera...
Ladeando el serrín que olía a mil demonios
entre todas las servilletas, palillos,
-restos de comida esparcidos por el suelo-
como pretexto/excusa para mirarle las piernas/
el culo/la boca/la pechuga/
los ojos a tu chica...
sin atender a nadie, -a nada más-.
O de los guateques improvisados/
dispuestos en mi casa de la huerta jugando al escondite,
inventándonos cuentos/
historias con el tocadiscos portátil, radiocasete.
Y ese último disco/cinta que nos habían dejado
o comprado hasta hartarnos
y en la extenuación de ponerlo.
Incluso alguno terminó/continua rayado, -rayándome...-
Cat Stevens/Cream/Alice Cooper/Stories/Led Zeppelim/
Simon y Garfunken/Los Módulos,
Donovan/Santana/Roberto Carlos/Abano...
y algo más tarde King Crinson, Pink Floy. Lou Reed/
David Bowie, Alan Parson Proyet, Supertram...
Con panecillos, sándwich improvisados, refrescos/
más cerveza, Licor 43, Anís del mono,
alguna que otra queimada...
y mucho baile, suelto/“agarrao” a media luz;
con el fresco/corriente entrando para descongestionar
la boca del lobo/-palacio del rey...-
Igual que lo hacíamos cuando quedábamos
en las noches de estudio
de colillas reiniciadas, o sin estudio, -que también-.
Tirados por las camas/suelo/sillones/
mecedoras/jardín
esperando a que nos cayera la breva...
Algunas con chicas inclusive... ¡Ufffffff!
y lo más importante, -esa música de fondo...-
Richar Cochiante/Michel Polnaref/Terry Jacks
y algo de clásica para desentumecer;
Schubert, Vivaldi, Chopin... entre otros.
Y las fiestas del pueblo, ¡Qué fiestas aquellas...!
En el Paralelo, en la plaza/recinto,
escuchando a los Creedence/
The Beatles/Los Brincos/Yandi Morandi...
versionados por Los Grillos o los Jaguar Pop.
Y esa gravilla gruñendo mientras te acercabas
con el cubata o el granizado a la mesa...
El cielo te seguía mirándote
con todas sus estrellas
excepto la que llevabas cogida de la mano.
Y la feria, los coches de choque, las casetas/la noria...
las canciones del estío -rompiéndote los oídos-;
“Palomitas de Maíz”/Karina/Camilo Sesto...
cruzándose como locos
en el patio de tu sesera/cabeza.
Carlota/Carmina/Mari Emi -su hermana Milagros-
Santi, M. Carmen “La Pericha”/mi prima Finita
de mi tío Jesús, la de mi tía Fuensanta/mi cuñada Nila.
Mi hermana mayor/la pequeña/la de en medio...
mi prima Esperanza, Mari Jose, Tere.
Un montón de mujeres siempre conmigo, a mi lado...
como un harén/claustro de fantasía.
que se fue repitiendo año tras año, verano tras verano
hasta que desaparecimos...
Igual que le pasó a esa colonia/peinado,
muñequera de cuero/cadena, camiseta de piel de serpiente
o la mimetizada del ejército.
Otra amarilla con cordones, los pantalones de campana,
los vaqueros de rayas
con cremallera de anilla, la gafas de sol azul espejo,
el citizen, las sandalias de hippie/las chirucas...
Todo lo que te hacía sentir único/diferente...
¡Flotabas!
-como recién parido/nacido...-
mientras te ibas acercando al lugar de la cita/
encuentros.
Y los paquetes de tabaco rubio de cinco -muestras de BH/
Peter Stuyvesant/LM que mi padre traía de Alemania
haciendo bulto junto al otro
en el bolsillo de delante.
Ese dinero que te faltaba siempre, esa estatura
que también...
¡Pobre canijo!
Esos cruces entre las pandillas
que terminaron al poco en parejas, esos globos de cariño
y de afecto entre tus colegas/amig@s
que todavía andan sueltos perdidos para siempre
por el espacio
sin ninguna órbita reconocible...
Esas navidades, esas fiestas de Semana Santa
-que también cuentan- llenas de fechorías...
Esos cursos interminables de Sanje/Instituto
con un montón de suspensas, los deberes,
la tortura de los padres/cura/profesor.
Esas salidas a la ciudad algo después...
al seminario, los ejercicios espirituales/las tascas/
la vespa, el Dyane 6, las discotecas...
Un sinfín nuevo/novedoso de gentes de los estudios
/y de la fábrica de escayola.
Antonio, su hermana Rosa y Marina/Santi/Consuelo,
Ana/María José... José Antonio de Guadalupe,
“El Rojo” Juan Antonio y su amigo Martín
delante de otros etcéteras...
Todo un paisaje, fresco condumio/amigos/chicas
y la música que venía con ellos...
Kraftwerk, Jon and Vangelis, Mike Oldfield/Chicago/
Eagles/Police/La Mondragón, Miguel Ríos.
Mucha música, fiestas/playa y cine y otra vez el cine...
-eterno milagro-.
Y la banda sonora de sus “pelis”
que han crecido/ido engrosando/empujando/
apalancando los sesos contra las paredes de mi cráneo
hasta saltarseme/salirse los ojos de sus cuencas
cada vez que vuelven por el motivo que sea frente a mí.
¡Bueno! sin exagerar, alguna gotita de fuel-oil laig
y la pérdida consiguiente de aceite del músculo rojo.../
corazón.
Diferentes decorados
para escenificar juntos la obra de teatro/
circo... -payasos incluidos-,
en los que me crié/creeré siempre...
Esos paseos, las esperas bajo el relente/rocío,
las sendas/calles... el fresco en la moto, mi habitación.
Las noches eternas.../el martirio/martilleo del estudio,
los días...
las obligaciones, el trabajo, las normas.../modales.
Esas siestas asfixiantes, esa oscuridad de angustias...
esa bomba de racimo/raciocinio.
Ese azogue convulsivo degenerativo.../irreversible/
inadaptativo.
Esas campanas peleonas en su vuelo/volteos...
ese reloj de la torre/iglesia/muñeca.../
pared del salón/cocina.
Todos, absolutamente todos, -si no se han roto-
siguen dando la hora igual que ayer.
Pero ya no suenan igual... ya nada es lo mismo.
¡Qué tiempos aquellos...
guardados en los bolsillos de mis pantalones rotos!
Etiqueta: iglesia
Melancolía del sueño.
Melancolía del sueño. xx+ Si sueño, construyo nuevos pasajes/paisajes, ramaje para mi árbol dentro de mi cabeza -zonas estanco-. Creando así nuevas pautas de comportamiento, modelos para poder sobrellevarlo, y sobreponerme a todo cuanto me rodea. Ellos y sus invitados en sus variados/cuantiosos envites me ayudan a convivir sin distanciarme demasiado en los deslindamientos linchamiento de lo posible... Entre sus aventuras con lo real/ni lucha alguna interior con el entorno, aunque lo parezca por las vueltas que doy pues estoy completa-mente dormido. Voy recreando así nuevas facultades, cualidades y escuelas de seguidores con todo un nuevo quehacer. Enjambres de turbulencias a su alrededor al que a veces sé que he vuelto porque su trayecto/ vistas son idénticas a las mías. Y no existe en ningún otro lugar ni parte fuera de lo que habitan. -Yo-. Deduzco y desconozco a la par lo improvisado de la trama pues la realidad tan solo es/sería la tarea útil de la mente durante la vigilia confundida conforme pasan los años/cada vez más. Como una extraña en la maraña de ideas conquistadoras del momento/mundo en sus distanciados ya instantes fecundados -in Vitro- y de las que dieron un paso en falso hacia tal fin. O han retrocedido por casualidad por puro designio del azar... El sueño, pues, es el recreo de nuestra verdad/voluntad hasta sus últimas consecuencias sin trampas/trabas deslizándose por cuantos campos y avenidas plazca después del seductor día. Nos invade/machaca, nos vence con ese flas de imágenes con las que hemos compartido el trayecto, una vez más, de vuelta a casa. Ahora entre las sábanas. Es como esa serpiente que repta y trepa en busca del fruto sabroso hecha un lío encaramada al final de la jornada, con la mirada sobre el horizonte de la noche/día intentando salir del laberinto de su futuro esqueleto... Nuestros sueños nos hacen crecer igual que un arbusto se enreda/enzarza en el vallado. No son de ningún mundo y de ningún modo podemos salir de ellos a voluntad/a demanda, pues estamos atrapados en la somnolencia y nuestro hipocampo no responde a ningún impulso. No responde al engaño porque sabe que estamos ensayando y no nos quiere interrumpir en su práctica... Nunca brotaran de nuestros cuerpos pretéritos una vez implantados para siempre en el seno de esta la tierra más infértil de todas las que existen: tu cerebro dormitando. Porque son los desheredados de la vida, los que pasarán hambruna y escaseces por el mal control de su política/administración de los recursos naturales desaprovechados/desaprovechándote... Lo que somos o hemos sido nadie lo conoce, ni nosotros lo podemos saber pues pasamos como la soledad de las agujas del reloj de un segundo a otro jugando a ser algo y en su eco... el sueño ya está fuera de onda nada más empezar a cerrar los ojos de la noche. -¿Y para qué? Mientras jugamos envueltos/atados en un globo inflado del aire de la memoria al atravesar la garganta/cañón, pajilla, inflador de gasolinera que nos insufla en/con la corriente de lo corriente a la deriva/debida presión... Y encallar como el anzuelo de un perdedor en la zona apical del corazón. Esa roca de la nada. Pescador y presa ahogados en el mar/más absoluto/ hondo silencio de su sima/suma profundidad... Eso es el sueño: vapor de hollín grasas en el rostro del fogonero de la locomotora del tiempo mezclándose con el sudor, lágrimas del deseo puesto de rodillas ante el altar de la gloria/ iglesia profanada de tanto dolor/lloros y lamentos... El sueño es el miedo mismo hecho hueso/sangre y carne del Cristo que somos. Muladar del avispado buitre para afilar aún más su pico y garras mientras vuela divisando la presa. Prisioneros impotentes/penitentes incluso antes de haber llegado hasta el límite de los impuestos imposibles a los que les gustaría devorar/descuartizar. Al final el depredador es la víctima cumpliendo a pie juntillas con la trama... Por eso los sueños viven y mueren con nosotros. Somos sus progenitores, porteadores únicos/intransferible. Por eso se puede vivir aunque sepamos que tarde o temprano esto va a terminar en un "no despertar". De otra manera sería imposible/insoportable. Por eso los miserables/los más necesitados son los que más sueñan incluso se olvidan de vivir... Incluso se confunden como zombis aletargándose, acurrucándose entre sus miembros/sociedad, igual que vinieron al mundo en un seno materno sin patria. No somos más que una prolongación de otro cuerpo estrangulado por el cable/cordón que nos alimenta fuera ya de su órbita/vientre maternal perdidos en el espacio de lo real/irreal hechos papilla/pesadilla... ¿Alguna vez hemos podido averiguar algo desde el exterior de la barriga de mamá que no supiéramos antes de volver al vientre de La Tierra? La descompensación del navegante unida a la descompresión origina un vacío/hueco tal en nuestra cabeza proporcional a la mugre de grasa gris donde plantamos creamos nuestro jardín prohibido. Y no sólo los fines de semana... Somos una necesidad más que lucha por subsistir a costa de lo que sea/nos dejen. Por eso los sueños existen/inducidos, mascullados, buscadores, negociados/saciantes, insufribles y un largo etc. de macabras obras de arte. Porque eso sí, somos unos artistas... Nuestro cuerpo en general es arte puro en potencia, muerte pero mientras tanto arte casual y cierto... Somos una realidad trajinada, inventada en nuestro yo más profundo mientras los demás yoes luchan por ocultarlo/sepultarlo. Por vergüenza/venganza, incredulidad ante los acontecimientos más tribales... Y ver como salimos siempre airosos y si no es así pues soñamos que lo ha sido. ¡Ves, como somos perfectos! Bueno, volvamos que me resbalo con mucha facilidad. El sueño es el alimento de los infelices, apuestos/opuestos/ apostando en el muelle de la bahía... Tarareando la última balada/canción de cuna ante la no reminiscencia misericordiosa venida del redentor y su presumible captura inevitable de lo que sin conocer le describen ante su partida de ante mano perdida. Triunfante muerte, siempre ganadora y sabedora de su poder y la nada infinita para sustentar su reverso de superación mientras pueda... Esperando que el barco que ha perdido ya su control los atraviese a todos con su quilla, ese que en las pelis se desmadra justo antes de atracar, por ejemplo: un ictus del capitán. Otra opción sería que una bendita ola acariciara sus pies desnudos antes de saltar con una bola de hierro atada al cuello de su suerte... Si es que decides precipitarte en la fuga a lo Richard Kimble... Así es el sueño: imprevisto/impostor, traicionero, seductor/fiador y fijador de artificios que nos aturden en cada despertar... Contiene tantos adjetivos como palabras tiene cualquier lengua, y músculo. Circuitos del intelecto. Porque el sueño no tiene límites/linde él está en ti, tú le das la vida y contigo desaparecerá parásito mientras tanto en tu mundo del terror porque te crecerá tipo octavo pasajero... Los sueños nos hacen diferentes, nadie ni nada sueña igual, es lo único interesante de toda esta refriega. Por citar algo ventajoso de esta calamidad que nos seduce así, tan vil-mente. Hasta nos deja vivir, al disfrutar una mañana más cada día y de cómo se convierten en una articulación/ artículo de lujo, rutina. Ni siquiera lo sabemos/recordamos lo de nuestra doble vida la mayoría de las veces aunque afectados ignorantes sucumbimos al deshielo de su desastre... Porque se esconden/camuflan bien esos bichos extraterrestres en el submundo mudo imaginario de ficción aterradora una vez contrastada con la realidad. -Banales bacanales de borrachos inconscientes-. Sólo eso... Entre la oscuridad y la luz hay una ciudad que desconocemos porque nunca hemos pisado sus calles. A mí personalmente me gustaría pasar/ pensar que eso es así... -¡Anda, invéntate otra buena excusa para no hacer lo que hay que hacer! Vivimos al margen de la revelación verdadera. Es necesario salir del individuo que somos para encontrarnos en el descampado, a solas. Fuera de la desesperanza de las ilusiones... La muerte y tú, en el depósito de cadáveres, junto al médico Dios que nada lo arregla, cara a cara y decírselo. Sí, que no crees en Él. Cuando ya no tengas solución y estés expuesto en su camilla/en sus manos tu futuro de mentira, sin duelo a posteriori; una vez apestillado/amartillado el gatillo, sin seguro hacía el más allá del nunca jamás... El sueño no te puede fiar/salvar aunque te lo creas porque te ha desarmado al entrar en su poblado donde se prohíben las armas. Alma en pena que pronto va a ser asesinada... Desnudo en medio del túnel, pasadizo a otros mundos de los que partiste y no volverás hoy ni echado de menos... El sueño es un lienzo vacío, atestado/apestado de inmundicias, de un ser idealista/inventándose como tú la nada etérea que es antes de su propia nada de la que procede y va. Y busca con tesón como justificarse para sobrevivir como si alguna vez hubiéramos existido ninguno... El sueño, la vida son los actores suplentes en el gran teatro/ escenario representación de la muerte... Todo lo que ha empezado termina alguna vez. Igual que de la nada nada se crea, a la nada nada va... Sólo la nada no existe, su no existencia nos aproxima nos apropia de algo. Nuestro ser son sus limitaciones su negación es la única verdad legítima. Ser y no ser se funden en un cuerpo que todos sabemos en qué terminará... Y de su final intentamos huir como la presa en el cepo de oso que se llevará el diablo con el miembro amputado... El miedo es tan real que se necesita más de un cuerpo para sobrellevarlo. El sueño se convierte así en la única escapatoria inútil pero útil. El hombre es un engaño suplantando al verdadero actor que nunca va a salir a escena. Él lo intenta imitando el guión que le pasa el apuntador pero ninguno sabe el verdadero alcance del sentir bajo el palio/patio de butacas vacío antes de la gran representación ya consumada... Somos entre la nada y la nada el espacio que las aglutina/ sepulta. Un tendón/un hilo, un haz de luz vagando sin cuerpo alma en vilo para toda la eternidad. No somos nada a excepción de lo que ahora vemos; que al poco tampoco será y es nada también lo que nos pueda pasar si todavía no es... -¿Y los sueños qué?, ¿ya te has olvidado de ellos...? Pues eso, imagina de quien son pues eso son... -Hala nenico, vamos al parque del buen retiro/zoo. Creo que ya han abierto al público la jaula de los monos...