Ese manantial bífido xx del que no se puede beber sin mojarte la cara... Ese astuto instinto incorregible que parte en dos mitades exactas la tarea encomendada. Insidioso linaje de monsergas, estúpidas/esculpidas/escupidas, pegadas al rostro helado de las obligaciones que se hacen la estatua embadurnada por las pinturas de guerra/ ideas libres de alas blancas que no respetan a nadie. Donde los gestos de lo convenido/convencional se vuelven girasoles en el campo de concentración de la memoria. Miseria, abatimiento/aburrimiento oscuro del fin de tu depilación láser/ desilusión... Unos dedos que te penetran/entran para coger mejor la calavera por las oquedades de tu fachada, rozando el pulido nácar, cielo. Cieno ciego del pensamiento colocándote en un pedestal/pedregal para que te vean/embarres bien con tus enanos de circo, sentimientos. Un foso de serpientes para ti; venenosas/musculosas, larguísimas donde caía el malo en las películas de romanos. Eso es lo que te hace falta... -Y alguna golosina/pipas para el intermedio... y gaseosa bien fría, con limón o Fanta. Y el humo del LM/Lark atravesando tu garganta con su rico sabor a tabaco rubio, a cine de verano... Y que te pida una calada y se la pases de tu boca/besando sus labios... Y las estrellas como bombillas led lejanas y el tren y las sillas de palos de madera entrelazadas sobre el chinarrillo . Y el sonido sensurroum retumbando la negrura pincelada de las siluetas de las sombras de la noche. Y lo mejor de todo, la pantalla sacándote de allí cogido/abrazado a tu chica/abducidos por una nave especial de sueños/cariño inolvidable que se quedó en aquel lugar... ¡Dios, saca esto del poema! -No, no ves que sólo es una variante al castigo diario/el bello recuerdo...
Categoría: Restos IV
La lámpara
La lámpara hace pucheros, xx gemiquea sin remedio, noto su dolor/su falta/congoja en las sombras del vapor de su calor en la pared. No me dejaba tranquilo su estremecimiento ni me perdía de vista, hasta que por fin la estrangulé apangando la luz, y me dormí... Recuerdo en aquel clise/refriega como avanzadilla del sueño unos puntos suspensivos, una coma, señales de tráfico/admiración, interrogaciones... Y algún payaso haciéndose el gracioso en este viaje a lo oscuro. Gladiadores disfrazados de angelitos semidesnudos haciendo crujir sus alas/armas. La chica del anuncio de la tv (todavía encendida) seguía/era/estaba tan bella, tan hermosa como las de verdad... Caracoles/corazones estresados -todos ellos- por el golpeo de las olas/horas sin salir de su caparazón... Babeando, muertos del miedo de las ganas que se habían quedado en la despensa del día. Dibujos de cine mudo/sordo, nodo ciego americano, -sombras chinescas- en el aparato loco-motor, para el poco aceite/gas/fuel como le había puesto al quinqué de mi sesera... Mañana miraré también debajo de la cama, o en el tambor de la lavadora porque se me ha escapado el gangster/ gángter de la razón, y me ha parecido oir algo... -¡Pues ya tenemos otra!
Incorporo el cuerpo
Incorporo el cuerpo de algo nuevo xx que no es lo que parece, a la orilla de la idea de lo que es. Cuando consigo hacer que se mueva su contraste con lo que ya conozco, la hace visible. También me gusta estarme quieto haciendo la estatua en ese lugar en el que estoy, y la observo con detenimiento/ suma atención. Y sé por un fugaz momento que ella existe, que ya mora en mi cabeza... Porque la he visto pasear cogida de la mano de mi fantasma, a la espalda del espejo donde sólo tú te puedes ver junto a los otros "yo". Esos compañeros habituales -gusanos de seda- que aguardan su turno de caricias y mimos entre los zarzos de la sala, mientras coqueteabas con la nueva inquilina/ incertidumbre... Están muertos de hambre, celosos perdidos con la cabeza empinada agitados/revueltos/buscándote, pues creen que les debes una explicación. -Me acuerdo de ellos desde que eran chiquitos, como cagadas de mosca en la caja de cartón de los zapatos agujereada, y les poníamos hojas de morera. Ufffff, ¡qué no son esos! -No lo has entendido...- Son tus otros "yo" con sus ideas. -Pues eso... también los criamos ¿no? Año tras año, mariposa tras mariposa que vuelve a eclosionar...
Cómo discuten
Cómo discuten las ideas x en las cañerías de la sesera, hacen tanto ruido que ha despertado a los vecinos... Se acabó la fiesta por la denuncia interpuesta a la policía en el juzgado de guardia del conocimiento/la memoria. Ha sido la conciencia centinela/ la chivata la que echa candados, la que atranca puertas. -¡Mal dolor le dé...! Ayer tenía gastritis.
Como un interruptor
Como a un interruptor de pera, x de orejas de ratón; de manillar de balancín de empecinado de usurpador de pendenciero de gregario de patoso de ingenuo de irritado a todos aprieto... buscando que se haga la luz. Pero la mayoría de las veces lo único que consigo es un calambrazo...
Busco en la página
Busco en la página algo interesante... x He notado los restos de un doblez olvidado en una de sus esquinas. Pero no doy/ni encuentro el motivo. Puede que sólo sea la marca del lugar por donde lo dejó alguna vez... Y lo releo sin acierto, empeñado por una sensación ajena que hace que me sienta extraño buscando... Así que, aquí estoy... como un barquero en la orilla del río sentado en una silla de morera, dándole forma al culo/sesos mirando el agua, la maroma, las cañas, los pájaros, los insectos... A que pase alguien/algo para llevarlo a la otra orilla conmigo, alguna pista o razón donde atracar... De seguir así, parece que no voy a terminar nunca el libro. Ha descendido demasiado el nivel de su caudal, casi toco fondo. Y las ganas de tirarte/tenderte en la arena de las letras... también.
Mi voz
Mi voz se adelanta a mí x como anticipo de lo que soy. Llega siempre antes que yo... Incluso cuando me voy o no he querido ir, ella ya estaba allí/ahí... Y me sigue, me prolonga como una gotera incansable/insaciable en el voladizo de mi cabaña/cabeza/boca despeñándose/perforando todo. Una lengua que nadie entiende para la que no existe diccionario a la que no se ha mordido, ni chupado, ni oído, ni sentido. ¿Para qué sirve...?
Se olvidó la sombra
Se olvidó la sombra de seguirme x entretenida mientras esperábamos ligando con la de una amiga. No sabe la muy tonta -porque no presta ninguna atención- que hemos quedado para otro día/ más tarde. Qué impaciente es. No escucha cuando le hablo, haciéndole el amor/besando, agarrada a todo quisque. Apenas podía distinguirlas... -la una de la otra- Cuando no está así de atareada anda por los suelos buscando alguna pared donde empinarse. Le gusta ponerse a mi nivel, nunca se da por vencida. Incluso a ratos la observo y se vuelve arisca, rebelde, intolerante insolente, rozando la anarquía/paranoia... Creo que se quiere ir/soltar, independizar/emancipar. Hay días de completo desasosiego en los que se abalanza sobre todo lo que se mueve, cruzándose en su/mí camino. Estoy seguro que busca darme el cambiazo a mis espaldas/por pies, en cualquier esquina. Parece que a todos les pasa algo similar... cada cual termina quejoso enfrentado a solas con la suya. Estas sombras no son como las de antes. La mía sólo se parece a mí en determinadas poses, hasta discutimos a menudo por donde debemos echar o a qué botón de la luz sucumbir. Sobre todo, ante esos puntitos sinestros, ámbar/verde manzana, rojos/azules. Ojos de ratón de la modernidad. Hay tanta luz que extraña... ¡Pobrecita mía! Mientras me siga, bien va.
Limando el diente
Limando el diente ácido x
del vocablo certero.
Cortando el prepucio del ingenio
para que alcanzase mayor erección...
Se corría de gusto
dirigiendo el nuevo sentido/
el nuevo giro a su verdad.
Se había llevado al huerto;
el agujero, el tornillo,
el destornillador,
el brazo
la mano que le dio cuerda...
Sin dejar ningún rastro
que delatase el evento,
continuó desarmando
todas las piezas del mecano
...sin más razón aparente
que no fuera la suya.
Al final alcanzó un nuevo orgasmo...
Cosa que los demás/
no se creyeron.
Una interrogación
Una interrogación de corvilla/hoces x con sus dientes de aguja sin estrenar amenaza desde los extremos... Intentan presionarme/aplastar -tipo maquinaria de vertedero- la chatarra de las preguntas, sin llegar a ver la posible respuesta. Sólo tengo una solución tangible: entretenerme saltando sobre su filo para ver si me siega de un tajo y alcanzo a dar por partida doble -dividido en cuatro- con la respuesta que me agobia, pues el tiempo extra se acaba... Nadie en este planeta sabe lo que sufre el desconocimiento ni donde acaba la tortura/ tortuga del saber, una vez que alcanzamos la muerte vegetal de la pregunta sin una respuesta en orden/ al uso...