A menudo…

A menudo... ante la adversidad,        XX?  
ya sea de forma directa o a través de/por la fuerza
                          y de forma continuada
por una serie de circunstancias, acontecimientos 
o elementos 
que se van apilando sin pausa/fuste...
-Pienso en mi defensa- 
para descompensar la descompresión 
hacia el mundo de lo real
que son pruebas 
para ver hasta donde voy/soy capaz de llegar 
                                      y/o aguanto 
       sin que me estalle el cuerpo/  -la cabeza-.

Y al instante parece que por más que persistan
         no hacen mella alguna en mí, 
         -y no solo eso...-
sino que les agradezco el detalle de su presencia
en este espacio de mi vida lleno de chatarra en órbita 
dándome vueltas y más vueltas
regodeándose en su castigo/
-castillo inexpugnable del absurdo-.

Ejemplos prácticos de lo aborrecible que puede resultar 
o llega a ser ese lugar del que no logro salir... 
es la siguiente enumeración de obstáculos
                                en el sitio de origen; 
-esta vez el adorable estío/las vacaciones-.
Empiezo con los detalles:

Aguantar al pájaro exótico del vecino de la playa
                y su incesante cadencia de graznidos
o los perros de la calle en concierto al verse/oírse 
olerse los unos a los otros.
Y los niños bebé/renacuajos con sus gritos, 
               lloros/llantos “porsaqueos” 
o los mayores con sus historias 
-de convivencia de lo vulgar/corriente-.
O de las comunes pláticas con el móvil
             o de las comidas a gritos...
Sin olvidar las riñas 
o los toques de atención al revoltoso/
                                    desobedientes
por parte de los abuelos- o del cuñado de turno-.

Y esa continua interrupción del “tío de la cabra”,
-el mismo de todos los años-.  
O las motos/coches o ese alguien 
que se detiene junto a la puerta a pedir/a ofrecer...
O te llaman justo cuando acabas de empezar a centrarte 
                                  en/con alguna tarea.
O simplemente viendo la tv, el portátil, 
leyendo un libro o revista.
¡Y te cortan...! 
vaya que si te cortan -por la mitad- 
toda la devoción/emoción...
En fin, lo inimaginable habido y por haber.

Pues gracias a Dios... (con Él o sin Él),
-porque me resisto a caer en los brazos de su confianza-
ya me estoy acostumbrando a todo eso.
                            Y lo acepto como castigo
por no haber luchado/haberme esforzado más en la vida.
Consecuencia de/por lo cual ya no tengo 
ninguna escapatoria.

Aunque sigo soñando... en mis ratos libres 
de ocio/tedio
fuera del ejercicio autónomo/autóctono/monótono.
O en las lagunas de la soledad estanca 
sedienta 
al inicio del descanso 
en forma de siesta/ensoñación
-o del letargo nocturno más duradero-. 
Donde me nado y me hago unos cuantos largos/
pausa/pautas de lo cangrejo que soy 
             mientras se ríen de mí las pesadillas
estacionado/varado a la ribera de la imposibilidad
de esta playa 
-cara y cruz de la noche y el día
                en este calvario-.

Y sueño que en algún momento de mis edades 
-no muy lejano- 
lo conseguiré.
Podré apartarme y elegir/confeccionar mi entorno/
                                          vecindad
en función de lo que me venga en gana;
en función o en detrimento de mi estado de ánimo
en función -y hasta la saciedad y más allá-
    de cuantos cuartos/cojones tenga y/le eche...

Sentado espero mientras te escribo esta misiva 
                               -para recordármelo-.
Sé que estoy prisionero por lo que no hice por mí
cuanto/cuando pude...
Era joven 
y pensé que eran los mejores años de mi vida,
-no quería perder ripio-. 
Bueno... la verdad es que ni recuerdo 
si me hice ese planteamiento.
Pero lo cierto es 
que ahora las estoy pagando todas juntas, /de golpe
al galope
-pero algunos días vienen de una en una-.

¿Qué habría sido mejor...? sucumbir y evitar
sin padecer el esfuerzo/deber social e individual 
cuando más energías y ganas de comerte el mundo tienes/
-aunque después carezcas de crédito/réditos-¿?
O castigarte con el estudio y la preparación/
superación personal
como aval para el resto de tu vida/ tiempos?
Yo sigo cuestionándomelo...
pero ya no puedo hacer nada por ninguno 
             de los dos mundos/-modos de ser.

Ya estoy pasado de rosca 
y al final el tornillo se corre 
y no vale para apretarlo ni para volver atrás.
Es lo que hay, -lo pasado pasado está-.
No sé, 
tal vez haya un pequeño resquicio de redención/
perdón
como en las religiones... /o final de película.
Y nos podamos salvar al fin, y ser felices 
y comer perdices 
como en las comedias de ficción/ del corazón...

A veces/ un esfuerzo temprano te puede salvar/
dar satisfacción para el resto de tu vida.
Otras... -te lo pasas envuelto- pensando 
lo que te perdiste 
ocupado en/ por el deber.
¿Quién puede saber nada...!?


* Publicado anteriormente 1/JULIO/18


7 comentarios sobre “A menudo…

  1. Llega un momento en que todos nos hacemos esa pregunta y no vale de nada que nos hayamos esforzado, preguntado o proyectado, quizá. Nos hemos, hablo en plural, comido el mundo entre obligaciones, devociones y varios también. ¿Redención? Tengo la esperanza de que sí, de que puede quedar un resquicio, si no, no tendría sentido nada. Buena reflexión. Un abrazo.

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  2. Muy buena reflexión.
    Destapas una realidad que te ha desahogado, es así?
    Por lo menos yo he empatizado con la realidad que expones..
    Me apetece animarte y decir que como un buen árbol viejo, por ejemplo un seguoias, estás ahí pese a todo y me alegra compartir contigo y con el árbol, vamos abrazarnos con el árbol, bueno sólo si tu quieres.
    Un abrazo de María.

    Le gusta a 1 persona

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