Yo puedo engañarte xx+ con la mirada silenciosa de un perro hambriento en el gozo de ver a su amo traerle el alimento. Yo puedo volar sobre alacenas de sexo, para estrellarme después en el estuche de tu cuerpo. Yo puedo navegar en lágrimas de metacrilato, alquilando sabores en el ámbar de tus labios. Yo puedo quitarme el traje de Ícaro para ver desde el mar de tus ojos el nacer de cada acto. Yo puedo sentir como la norma devora al animal que en franquicia fustigado se desboca. Yo puedo disfrazar al difunto que llevamos dentro, y sentarlo en una silla para que se atenga a las reglas del juego. Y todo eso sin más. Tan sólo... porque yo lo quiero.
Definitivamente , no hay límites en cuanto podemos hacer, bueno o no tan bueno, la belleza está en reconocer quién puede pero no lo hace por no engañarse a si mismo y quien lo hace aunque no puede y se las juega por hacer lo que mas ama …
Precioso Lucio, saludos…
Me gustaLe gusta a 2 personas
Sí, Sonya…/ todo es un maldito tira y afloja entre querer y poder/o el deber… las consecuencias todos las sabemos/
-Nunca nos sale nada bien…- o al menos, como esperabas…
Muchas gracias por compartir.
Saludos y abrazo de miércoles…
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muy profundo y sentido, Lucio 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias…/ Mamen
Me gustaLe gusta a 1 persona
Si has volado, navegado y sentido…muy triste si fue porque sí. O puede ser que después de estas acrobacias te diste cuenta de que el cielo no estaba arriba sino un poco más allá. Un saludo hoy de jueves. Ya ves que voy con retraso, pero no pasa nada si la dicha, que lo es, es buena.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias…/ Paz, por leer y por tu comentario… Tú nunca vas con retraso… -vas cuando vas- ¡eso es todo/
Saludos y abrazo de final de jueves/ya noche…
Me gustaLe gusta a 1 persona