Yo puedo engañarte xx+
con la mirada silenciosa
de un perro hambriento
en el gozo de ver a su amo
traerle el alimento.
Yo puedo volar
sobre alacenas de sexo,
para estrellarme después
en el estuche de tu cuerpo.
Yo puedo navegar
en lágrimas de metacrilato,
alquilando sabores
en el ámbar de tus labios.
Yo puedo quitarme
el traje de Ícaro
para ver desde el mar de tus ojos
el nacer de cada acto.
Yo puedo sentir
como la norma devora
al animal que en franquicia
fustigado se desboca.
Yo puedo disfrazar
al difunto que llevamos dentro,
y sentarlo en una silla
para que se atenga a las reglas del juego.
Y todo eso sin más.
Tan sólo... porque yo lo quiero.
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Precioso Lucio, saludos…
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Sí, Sonya…/ todo es un maldito tira y afloja entre querer y poder/o el deber… las consecuencias todos las sabemos/
-Nunca nos sale nada bien…- o al menos, como esperabas…
Muchas gracias por compartir.
Saludos y abrazo de miércoles…
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Muy profundo y sentido, Lucio 🙂
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Gracias…/ Mamen
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Si has volado, navegado y sentido…muy triste si fue porque sí. O puede ser que después de estas acrobacias te diste cuenta de que el cielo no estaba arriba sino un poco más allá. Un saludo hoy de jueves. Ya ves que voy con retraso, pero no pasa nada si la dicha, que lo es, es buena.
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Gracias…/ Paz, por leer y por tu comentario… Tú nunca vas con retraso… -vas cuando vas- ¡eso es todo/
Saludos y abrazo de final de jueves/ya noche…
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