Se aprietan las carnes x?
entre las costuras de tus tejanos
atrapando a su siervo alado
entre dos palmeras zarandeado.
Estrechan sus morros,
comprimen su palmo...
donde viaja el deseo catapultado
hacia las salinas del caos.
Notas en cada contoneo
ese fogón, señor del trueno.
Olimpo de dioses/
Monte de Venus.
Se funden los muslos
al ancho del formidable culo...
Mientras que su blusa de lana
simula los entresijos que imaginabas...
Trepando en ardores que te clavan
en el crucifijo de su campana.
Y así se engancha
la piel de las ganas
en la cremallera que desgranas...
acercándote a la fragua
que jugosa te empalma,
reventando el botón de metal
y le metes mano hasta las entrañas.
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Me encanta, gracias…
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