¡Qué ganas tengo

¡Qué ganas tengo Señor/de no hacer nada!       xx+
Ufffff...
  qué ganas tengo.

¿Habrá algo más terrorífico que eso?
    -unas ganas insaciables del tipo que sean-
ingobernables/inagotables... 
acaparadoras de ipso facto, 
que te hagan presa/pis al instante.
¡Pero qué ganas tengo de no hacer nada, por Dios!
                              ¡Qué ganas tengo...!

Y desde el ático de la nada
contemplar el cielo 
fuera de la presión de las tareas cotidianas.
       Fugitivo precoz/a priori, de ante mano... 
       para lo que he sido creado,
                 y no hacer salvo lo que me guste
necesite o recree mi instinto/explosivos 
del ser en fiesta...

¡Qué ganas más hermosas y lindas tengo!
                            -babeo con sólo pensarlo-.
Desahuciado/vacío de cuantas manivelas/
prisas nos meten por el culo 
o vienen infiltradas,
camufladas hasta nuestra reconvertible ignorancia.

¡Pero qué ganas tengo de no hacer nada!
      Unas ganas tremendas, 
que me las hago encima
   -todo el rato- casi tanto que me ahogan/asfixian
con su presión en quejas-.

Me gustaría que no se quedase aquí, sólo en estas líneas...
este cuarto/canto de sirena a la desgana.
Quiero hacerlo presente/
               patente, real/viral, vital... virtual,
                                       -el no hacer-
el descansar y “tirarme/tumbarme a la bartola”
abiert@ de piernas... ufffffff, que gusto/ 
por Dios... al cuadrado.

¡Sí!, qué felices seríamos entonces...
cada uno de los míos 
tomándonos/se un café al fresco o viendo la tele, 
mirando la gente pasar... comiendo hasta reventar: 
pastelitos de dulce/helado de chocolate,
          carne, verduras, pan/ conejo de campo...
Y no importarnos nada... -ni las noticias-
ni el dolor, 
ni el puto intermedio de seis minutos de media.

Nada... solos/ la nada y tú cogidos de la mano
                              enganchados del brazo
                      -preñando el tiempo de gustos-
          y que se jodan los que nos enseñaron a morir
de esa manera tan indigna...     siempre trabajando/
haciendo continuamente cosas... 
         -por no sé qué causa-.

Dicen que para nuestra salvación/realización personal
-que nos hará libres...- 
                           ¿De qué coño hablan?
¡No, mil veces no!

Porque ya he perdido el rumbo/horizonte de la razón
        con tanta mierda, basuras que han vertido
                      encima de mi alma... Acomplejada
ahora sin atender ni saber a quién escuchar... 
-ni adónde ir-.

¡Qué ganas tengo Señor,
                    de no hacer absoluta-mente nada...!
De coger mi corazón liado en su hatillo/cuerpo
y viajar por el mundo real 
o el de los sueños imaginados de las ideas 
                  vagabundo/bandolero... y sin prisas/
-¡Pero si ya no puedes ni con tu sombra, criatura!

Por eso... ahora que no puedo.
Deja que sea yo el que se descubra -todo educado/
el tatuje- 
para cederle paso a la muerte...
Y no que me empujen con sus urgencias endiabladas/
los indeseables medios de comunicación/
toxinas de reproducción asistida al cerebro-
bulbo raquídeo, testículos o varios.
Abyectas/directas a la sangre 
           que las reparte por todo mi ser
envenenando el sentido de la vida, ya cautivo
atrapado por los cuernos
camino del matadero...

-¿Y las ganas esas en qué quedan? 
         de las que hablabas antes...¿?
Está bien claro, te estoy pidiendo que me dejes en paz
                                         -de una vez-
quiero reposar la gloria del sueño. 
¿Es que no te enteras...?
-¿Apago la luz?
Apágala!


 

10 comentarios sobre “¡Qué ganas tengo

  1. «¿Y las ganas esas en qué quedan? de las que hablabas antes…
    Está bien claro, te estoy pidiendo que me dejes en paz
    de una vez
    quiero reposar el sueño. ¿Es que no te enteras?
    -¿Apago la luz?
    Apágala.»

    Querido amigo, compañero de fatigas, amigo Lucio:

    Yo también camino,si es que lo mio se puede llamar así, a tontas y a locas, dando palos de ciego en la tremenda tiniebla que llamamos vida. Suscribo toda la entrada ,magnifica y profunda, nos muestras el peregrinar de nuestra alma, denuda y caminando a pesar de sus múltiples limitaciones…,pensaba a mis 73 que ya podría dedicarme a «no hacer nada», que equivocado estoy. Yo también pido ese «apagon de luz».
    Un saludo.

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