Dentro de todo ser humano x
hay alguien encerrado en una mazmorra de castigo
o disfrutando de unas espléndidas vacaciones
o pidiendo en un "pico-esquina" de iglesia
ante otro que pasa indiferente.
Al final emerge el sucedáneo, el mezcolanzas
el difícil de catalogar
ni por la madre que lo parió...
-el que sabe de todo y no sabe de nada-.
Pero ese es al que todos conocemos,
al inculpado, el liberado...
Ese popurrí de rebabas, potingues
batidos en el almirez
tomando la forma del cuenco/mundo/palo
con olor y el gusto a la piedra
del metal o al plástico utilizado.
-nada más que un subproducto
de la suciedad de la sociedad-.
El resto apenas incordian ni se dejan ver...
Figuran taponados por el mismo corcho
que una vez les ayudó a navegar,
a resguardecerse flotando
plácidamente en las corrientes
de la efímera deriva de los desposeídos.
Todos somos náufragos de nosotros mismos.
-¡Qué bien! Robison Crusoe...
pues ahora mismo nos vamos a "La isla del tesoro"
de Robert Louis Stevenson.
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prefiero la isla del tesoro que ir al Sinaí, por muy pubis que sea
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«Todos somos náufragos de nosotros mismos» — magnífico…
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Muchas gracias…/Paulo
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«Al final emerge el sucedáneo» me encanta
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Muchas gracias…/Rosa
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Me parecen muy original tu poema, especialmente el final, enhorabuena!
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Muchas gracias…/Jvegag
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