Me elevan danzarines de puntillas xx
los dedos/pensamiento de mi vicio malsano...
Camino arrastrando los pies por la playa
llenos de briznas de lija suelta
hasta las pantorrillas.
Con el fruto de la lengua en adobe
del árbol de levas de la queja.
Con el estómago revuelto sacando tabla
esquía una gota nerviosa del sudor
que me entra al verte.
Se desliza por el aceite del bronceado
desde la coronilla de cura
hasta el fin de mi espalda/espada...
Incierto en sus poses escurridizas
patinando/partiéndome el gaznate
ahogado por este calor tan abrasivo
áspero espetón
perdido en tu desierto...
Yo lo sé, tú también;
el sol, la arena, la toalla, la sombrilla,
la brisa del mar,
las olas, los niños que juegan
los que pasan y ni te miran...
¿Qué no haríamos con ese regalo
envasado al natural que nos ofreces?
Ese ébano escanciado al vacío
en el acantilado
de los deseos equiláteros.
Descansas medio desnuda
ajena al baile. Delante y dentro
de tantas gafas de sol graduadas
por el cerco de tu preciado/
precipitado y hermoso cuerpo.
¿Qué se podría hacer
para que no resultaras
tan insultante a los sentidos
contrariando esa condición
analítica/ de animal educado?
¿Pasar de largo tal vez...?
P.D.
-No,
no es por eso por lo que estamos aquí...
La belleza se lo agradece al corazón
que la siente...
recuérdalo!
¡Y no te cortes!
...pero tampoco te pases.
Ya,
pero entonces sigo en el mismo "sitio".
-Pues eso...
te entiendo, eres un incomprendido, como yo, tu solo admiras la belleza, que es cosa distinta del amor carnal, y concupiscente, como no puede ser de otra manera, jejejeje enhorabuena
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Cierto…/Juan Miguel
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