Me acuerdo a menudo de mi fantasma xx flotando por las baldosas de la ciudad después de haberte esperado tantas horas tantas tardes... para escuchar de tus labios o con un gesto que no te acordabas que no lo sabías... Me tronchaban los celos de con quién/por dónde habrías estado con esa estocada hasta la bola... Brocheta caldosa de la desolación. Llorando para mis adentros más rápido que hacia fuera todos mis lamentos en peregrinación navegaban/sucumbían cayendo una y otra vez en el remanso de ese fango podrido/perdidos en el fondo, creando un denso tarquín/limo. Desde entonces me aparté tanto que aún te busco cerca de mí... incluso cuando todavía pareces dormida. Entiéndelo... Me juré fidelidad y cariño con un absolutismo ilustrado hacia esta conjunción de carne y hueso que hoy te observa. Hasta que me entierren latirá con un solo propósito -por los dos- Y allí te esperaré sin importarme para nada cuando llegues...
Bella y profunda poesía.
Saludos!
Me gustaMe gusta
Gracias Ana…
Saludos!
Me gustaLe gusta a 1 persona