No sabes a qué lado de la campana xx le toca golpear... Ese badajo ahogado, enrarecido gritando.../-hablándole al cielo- para que vuelvas una vez más al templo que te dio un nombre/ a los santos que te velaron y te vieron crecer. A la tierra en la que conviviste /a los olores que compartías -en los que navegaste-. ...A los días, horas, años que pasasteis juntos. Pero ya has perdido la cuenta del volteo en ese silencio hueco/ -terriblemente vacío- entre zarpazo y zarpazo... Se han borrado de pronto las huellas del camino, los dictados de la memoria... -los apuntes/anotaciones de tu mente-. Los escritos que tomabas ayer hoy están en blanco, no quieren que los perturbes/ que les molestes. Están haciendo contigo/de ti... borrón y cuenta nueva. Tu queja/adiós... ya no le importa a nadie. Estás solo, ciego, -en medio/ mitad de la plaza- esperando que te lleven /que te saquen a hombros, alguien que cobra por hacer eso...
Amigo y compañero de fatigas (bloguero), señor Lucio Data : Que bien juega usted con el tañir de la campana, en esta entrada de hoy, lugubre y monotono. Nos trasmite un «toque» de atención hacia nuestro interior; pues pronto o tarde , tambien seremos los protagonistas y el motivo de ese toque, con sus lugubre cadencia. Un saludo.
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Se trata de un grupo de poemas un tanto siniestros…/pero es lo que hay/en eso estoy… Gracias por compartir inquietudes «amigo y compañero bloguero»
Un saludo.
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