Nada cura…

Nada cura... y aun así en el mismo cajón      x?
de nuestra mesita de noche/ ilusión
junto a las pastillas... -comida del futuro-
sombras que se retuercen/acercan de una muerte segura/
no prematura.

Volamos como un pájaro disecado/resucitado
del aserrín del árbol de la vida
libre de lo contrario que éramos
lejos de lo que ahora somos... y que nunca será ya
lo que fue.

Y ese miedo terrible/irreversible
a convertirnos en estatua de sal tocando a tu puerta
-condimento sazonador para la bestia
de alas rotas-
si volvemos la vista atrás... 
que nos persigue como un viento amargo.

Todo nos da igual.../
la importancia nos viene de fuera:
la paga/las facturas/la gente...
Atrapados en la llama del tiempo/nos comparten
en el hambre del espacio que vela/vuela
entorno a nuestra agonía
como ave rapaz... 
-los que nos buscan como clientes en el osario-
y de la verdad... que se extraña al vernos.

Esa pequeña fortuna y quiebra de lo imborrable/
bienes que amamanta la vida 
y sus castillos de arena de cera
con la amenaza de incendiarnos/quemarlos
en misa de doce... -si no nos entra el zapato-
Y el sacristán tirando de la soga/badajo
ojos y lengua de tu cabeza arrancada
sonando a rebato.

Somos las campanas echadas al vuelo/cielo de los ciegos
tanteando con la varita atrancada/
sujeta en la trampa del alcantarillado virtual
por las manos/voluntad de un ente superior
que nos menosprecia... 
-a nuestra suerte engañados-

No tenemos solución
porque tampoco somos un problema...
-para nada ni para nadie-.
Tanto lo bueno como lo malo es cosa nuestra/
-en todas sus vertientes/variantes...- 
está en potencia como en acto en cada uno
incluso antes de nacer. 
                                
Ahí radica/está la salvación...
en saber la dosis de veneno en el chupete-dirimir 
en que territorio nos dejamos conquistar hasta desaparecer.
Somos la llama de la esperanza de un corazón podrido
el alma fracturada de un ser invisible
-pero inevitable-
que se pone un nombre para distinguirse de lo demás.

Nuestra vida es un juego de sinsentidos.
Se puede decir lo que sea porque nada importa...
es lo que es/ -se diga lo que se diga-
o vea lo que se quiera. 
Nada/ somos espuma de mar.

-El que busca termina encontrando la voz de su llamada-.
La fe es el castigo del inepto.