Triturando estrellas xx con el molinillo que me regalaste. Señalando con el dedo corazón un dibujo imaginario... Como el soplido en la cara de un bebé para cortarle el hipo, se borró tu imagen de mi memoria. Con las virutas de grafito liadas en la goma en un ataque de locura la he vuelto a recomponer y sigue pareciéndose a ti. ¡Qué pena de recuerdo...! Ahora ha perdido totalmente la razón entre tanta tachadura. Sombras/sobras que me crecen que me alargan de una oscuridad insaciable inútil... Pues no soy yo lo que ella necesita.
