Tu soledad... la más celosa y harapienta xx? se ha sentado en la taza del váter/terraza del bar a tomar unas cervezas/copa conmigo... -a solas-. ¿Crees/ te parece que no me la merezco? -Pues yo os bendigo a ambos/los dos en la monda de mi eterna media naranja... -de lo pendiente prometido-. En el amor furtivo que no cesa y de su miedo paralizante perenne por dentro/ envasado al vacío en un cuerpo sin futuro. Psicológica y física-mente.../“patato”. Y no espero nada, ninguna otra cosa tuya ni Suya... Tan sólo que seáis un poco más condescendientes y yo agradecido. ¿Qué milagro/desperdicio de uno se puede hacer ahora/ a estas alturas, hacia la eternidad de lo oscuro? ¿A qué me fuerzas Señor...? -Soy tu siervo-. A que fuera un animal menos austero/usurero... deprimido mientras veo como te alejas y la dejas a ella/la fatalidad más extrema, que me devore -como si fuera una alimaña-¿? ¡Me relacione o no... existo, ¿verdad...?! ¿Dime?, ¿de qué sirve esa insignificante soledad que te perturba haga sólo mía/ temperada, pobre y sin agallas cuando el resto/ grueso de las soledades en la espiral de lo infinito -ataviadas con sus mejores galas- nos espera y acechan? ¿Eso significa acaso que hemos terminado...? -Contigo puede...
