Incorporo el cuerpo de algo nuevo xx que no es lo que parece, a la orilla de la idea de lo que es. Cuando consigo hacer que se mueva su contraste con lo que ya conozco, la hace visible. También me gusta estarme quieto haciendo la estatua en ese lugar en el que estoy, y la observo con detenimiento/ suma atención. Y sé por un fugaz momento que ella existe, que ya mora en mi cabeza... Porque la he visto pasear cogida de la mano de mi fantasma, a la espalda del espejo donde sólo tú te puedes ver junto a los otros "yo". Esos compañeros habituales -gusanos de seda- que aguardan su turno de caricias y mimos entre los zarzos de la sala, mientras coqueteabas con la nueva inquilina/ incertidumbre... Están muertos de hambre, celosos perdidos con la cabeza empinada agitados/revueltos/buscándote, pues creen que les debes una explicación. -Me acuerdo de ellos desde que eran chiquitos, como cagadas de mosca en la caja de cartón de los zapatos agujereada, y les poníamos hojas de morera. Ufffff, ¡qué no son esos! -No lo has entendido...- Son tus otros "yo" con sus ideas. -Pues eso... también los criamos ¿no? Año tras año, mariposa tras mariposa que vuelve a eclosionar...
