Las manchas del alma como la espuma del mar x son mierdas, babas de caracol restregadas una y otra vez en el agua sal de la conciencia. Si supieran el porqué de esa continua fricción/atropello; contra las rocas, manos, paredes de la pila/ cubo/barreño, mollera... no les escocería ni sufrirían tanto. Seguro que no, y se harían cargo de su castigo con la penitencia adecuada-mente ajustada al delito... ¿A caso te comerías un arroz con caracoles en la terraza de un restaurante en el desierto; ubicado a las afueras de un pueblo fantasma sobre las ruinas de un cementerio indio a quinientos metros de la central nuclear del cielo ... y sin ninguna obligación ni miramientos? -Pues no sé yo... Pero confío que esto cambie, debe cambiar de rumbo, el patrón el peón de zape... de proa a popa. ¡Ya, pero mueve el arroz que se pega!