Te quiero... y debe haber un ángel x?
patinando en mi pecho.
Te quiero desde el azul del cielo
a los pájaros marinos del desierto más yermo.
Te quiero a golpes de talón...
en el último banco del callejón menos siniestro.
Te quiero como las nubes devoran la noche
de un campamento/ -campanario en invierno-.
Te quiero como al brasero de picón
en el patio de un colegio -en recreo-.
Te quiero y no sé qué ungüento/
-argumentos ofrecerte-
en el plató de mi nao/vela al viento...
Te quiero desde el aroma de esa cazuela,
paseando por su tapa a ciegas,
y vas, y me cuelas...
¡Já!
Te quiero con coraje/
confusión y estruendo...
ese que te pretende y estrangula
en el más dulce de los silencios.
Te quiero desde la obsidiana negra,
hasta la piedra pómez de tu piel
-fundido en el lecho de tu cuerpo-.
Te quiero desde mis sandalias de barro
a esa colina, -bancal de cinabrio-.
Te quiero... desposeído de las amarras
que hacen crujir mi casco
en las vidrieras de tus manos.
Te quiero, desmembrado...
gota a gota, cuerpo a cuerpo,
-de sol a sol-,
en el tamiz translúcido/en ese barbecho.
Pero sobre todo, te quiero...
por no haberte querido antes,
por no haberte amado/
-ni matado a tiempo-.
Te quiero y deseo que te vayas,
que desaparezcas como un ancla,
...-para siempre-
a mi alma enganchada.
-Ripio/rollo, sexo/drogas y rock and roll
-cada vez te quiero más...-
¡¡¡Ian Dury, que eres un Ian Dury!
Etiqueta: cazuela
Lo tierno a lo tierno, lo duro a lo duro…
Lo tierno a lo tierno, lo duro a lo duro... xx? ¿Qué come? ¿Dónde mina la oruga o barrena el gusano? ¿En qué se transforman después de una ingesta severa/ breve letargo? ¿Qué hace, en qué pasa/dedica el tiempo la hormiga con sus mandíbulas/tenazas... Además de ir triturando convirtiéndolo todo en pulpa como alimento para sus diminutas y voraces larvas? Dime... ¿De qué se alimenta el sueño? ¿En qué se convierte después de cada despertar? ¿Y por dónde anda la vida mientras tanto...? Los sueños, la imaginación son las mariposas del paraíso perdido... Distraídos/entretenidos, interpretamos todo tan mal... [función/defunción/fundición... definición] Porque nos olvidamos de la verdadera realidad lo concreto, lo vital. Nadie necesita salirse del guion cuando se siente así atraído por el cebo de la infelicidad, por el soborno/ bochorno de las desgracias y las consecuencias de su dolor... Desde su aparición, las ideas son manipuladas se prostituyen a conciencia a conveniencia del mal... sometidas al mejor postor/proxeneta. Anhelo, deseos, odio, rencor... -a partir de entonces- irán siempre cogidos de la mano. Hay más tinieblas en un razonamiento al uso que en cualquier derribo de/para una nueva construcción. Nuestro destino se compone de estar siempre insatisfechos disconformes con lo que nos pasa, –sea lo que sea- y después viene todo lo demás... Salvo alguna gota desmenuzada de felicidad concentrada laig como apartado/apeadero para inhalar/respirar un poco/ algo de tranquilidad. La insatisfacción es una carga hueca, ingrata... torpedo bajo nuestra línea de flotación. Aunque con el tiempo nos vamos habituando a ella como el rehén a su captor. No nos queda otra salida que inventarnos todo aquello que no sabemos confundidos/estropeados/perdidos... Mientras el monstruo hambriento llama a la puerta porque huele a duda, a carne fresca... Avispa que pespuntea/penetra con su dardo nuestro corazón marcándole el paso/ritmo de su latido/un patrón... Dejemos todo esto de lado/de una vez... y disfrutemos. ¡Alcemos nuestra copa y rompamos el cristal...! Pongamos una liga en el muslo de la desobediencia y de las obligaciones por cada verdad/ilusión que se nos resiste. Que no ha podido ser/ni verá la luz jamás. [Ipsa olera olla legit (“Cada cazuela recoge sus propias legumbres.”)] -¿Te acuerdas cuando Dios todavía era como nosotros...?