Frases muleta en las que se apoyan/elige la gente/ las mentes de-caídas... "Dos caminos divergían en el bosque. Y yo tomé el menos transitado. Aquella decisión marcó el resto de mi vida" ROBERT FROST Variación/cover/pregunta...// "Dos caminos divergían en el bosque. Y yo tomé el menos transitado". Eso habría hecho/hace también el resto de la gente. -O por tranquilo o por salvaje-. ¿Y qué...? Cuando dudamos, todos huimos en primer lugar de lo corriente, que casi siempre o al poco nos resulta de lo más común/sencillo y natural. Sin que tengamos que atormentarnos ni arrepentirnos el resto de nuestros días... Entre otras cosas porque no recordamos la gran mayoría de las decisiones que hemos tomado, -es imposible- Vivir es una determinación/decisión continuada –aunque no lo parezca-. Nada es más importante que otro nada, excepto la elección de seguir con vida... Nuestra actitud no marca el destino, es él el que se manifiesta/muestra en cada elección... tú sólo decides la manera de acompañarle. Nadie aunque lo crea va a escapar de lo que tenga que ser. Porque somos algo que ya ha sido. Nada que se pueda remediar... Luciodata Poema en el que se encuentran los versos anteriormente citados: Poem by Robert Frost (1874-1963). TWO roads diverged in a yellow wood, And sorry I could not travel both And be one traveler, long I stood And looked down one as far as I could To where it bent in the undergrowth; Then took the other, as just as fair, And having perhaps the better claim, Because it was grassy and wanted wear; Though as for that the passing there Had worn them really about the same, And both that morning equally lay In leaves no step had trodden black. Oh, I kept the first for another day! Yet knowing how way leads on to way, I doubted if I should ever come back. I shall be telling this with a sigh Somewhere ages and ages hence: Two roads diverged in a wood, and I I took the one less traveled by, And that has made all the difference.
Etiqueta: bosque
Oigo los latidos
Oigo los latidos de mi corazón xx?
de continuo/constantemente en el oído izquierdo
como empujones que alguien te diera en la cabeza.
Igual que cuando te quieren llamar la atención.
Pero no, no es eso, no tiene nada que ver.
-Incluso te inducen al mareo...-
Ahora se atranca como si dudara en latir
y se hace el remolón -hasta que suelta el latigazo-.
Otras veces se juntan en montoncitos
de tres seguidos –la mayoría de las veces-
como que tuvieran prisa por algo...
-Colgajos/arritmias le llaman-
Y así voy oyendo el motor del coche
en la cabina del conductor -todo el tiempo-.
A veces me sirve de relax para dormir
escuchándolos... y el contarlos a todos
como ovejitas que saltasen,
huyendo escapados
del corral de mi cabeza.
Hasta que se pare
o no quede nadie por salir.
-Me han dicho...-
Menuda gigante/gran incertidumbre.
¡Te imaginas... saber que te vas a morir
o que te estás muriendo -porque ya no lo oyes-!
Ni a él ni a tus animalitos del interior¿?
Me resulta complicado/-difícil de asumir-
asimilar la cantidad de silencio y de dolor
que pueda haber encerrado allí
-en ese momento único y fatídico-.
O como el primer infarto
del que escapé de chiripa/-por milagro-.
Pero esta vez será fulminate, con final infeliz
ese desgajado/inexistente
en los cuentos de hadas...
De todas las maneras y formas
ya me voy acostumbrando a él.
Me gusta...
y lo quiero mucho,
y no porque no tenga más remedio
ni por lo que representa/
sino por lo que le voy a echar de menos
cuando deje de andar y yo quiera seguir.
Algo que todavía no encajo bien, -y me cuesta-.
Por eso tengo tanta prisa en hacer cosas y me estreso
por si me falla/falta a la cita el día menos pensado.
Por lo menos que me encuentre ocupado...
-como decía ese con la inspiración-
A ver si se equivoca creyendo que no soy yo
al verme trabajar/atareado y girara para otro sitio.
¡Ojalá!
Y va a ser así... te lo adelanto de antemano. Sí, a ti,
el día que menos lo esperes,
porque ya sólo te queda una vida
como a un viejo gato...
Según las estadísticas sobre los infartados,
de cada tres cae uno.
Y tú ya has gastado dos...
¿Qué le vamos a hacer...?
Como reclamo/chantaje, -le pido/digo...-
que me deje un poco más
que estoy a medio de esta o tal cosa:
un escrito, un cuadro, un viaje a mi interior
-por los cerros de Úbeda-.
Qué sé yo...
Por si acaso tuviera/tiene compasión
y se apiada misericorde de mí.
-También me sirve para concluir...-
en ir llenando el camino de migajas
con algo de materia/creación propia...
Mollas de las cosas que hago
como señuelo/rastro,
por si no supiera cómo volver después
desde la casita del bosque.