Como deslumbrado, x casi ensimismado y cabizbajo, no sostengo, sólo aplasto. No contraigo, sólo estiro el vago de algo. No lloro, ni halago, sólo formo nuevos ramajes para mi árbol. Porque hoy veo pelechar hasta los granos de asfalto cubiertos de cieno y barro, que como dientes ocultos/ bien afilados aguardan en tu interior para asfixiarte con su abrazo. Es el perpetuo engendro mundano ese hombre cargado de fardos de espanto, que orea la hiedra seca de sus anhelos inacabados. P.D. Mirar y no ver. Sentir sin estar/ni ser. Ver o no ves? Y otra vez vueltos al castigo de nuestro amo.../muro. Todo lo que nos rodea compite en darnos caza. Todo cuanto existe nos habita y/ vive dentro. Lo que tanto queremos nos tortura... -ardiendo juntos a lo bonzo-. Lo que deseamos de corazón nos mata con El caballo de Troya de la esperanza... Nuestro fin es una carrera interminable llena de obstáculos. La vida lucha consigo misma porque no entiende nada... Las heridas son sangrias necesarias para renovar y/reconocerse en/por el esfuerzo. El que sigue entero/vivo aún después de la batalla... ya nunca morirá. Sólo el que cree en él y sueña con la victoria encontrará la paz eterna. -¡Plof! Y se durmió... un ratito más/-.
Etiqueta: barro
Como una gotera
Como una gotera xxx+ zarandeada al viento, masturbo el silencio con mi ridícula voz. Cuelgo de una pared sin nombre con un letrero borrado que debe decir algo. Estoy en este huerto de higueras... breva caída, higo verde seco o podrido, en el suelo siempre. Siento un escalofrío que me humilla en la sisca de mis días, de tanta raíz esclava que regurgita cerca de este tronco la pena mía. Necesito una flor entre la grama donde dirigir la mirada y olvidar lo que soy. Necesito enterrarme en el barro, clavando el tablacho en la acequia, ahogando estos gusanos y culebras para no molestarte más querido corazón... mi amo.
Dama de barro
Dama de barro/animal del maligno, x -frente a frente/cara con cara...- Junto a tus arenas movedizas descansa el que pronto has de servir hasta tragártelo vivo. ¿Quién habrá, quién llegará antes para sepultarte... para hacerte/pedirle una misa al redentor/diablo del cura antes de que desaparezcas? Que no sople el viento de las bajas presiones/ ni altas intenciones en esa tu rotonda/cruce de caminos de arterias y venas en la bola roja de tu pecho... Que se seque su pantano de ríos caminos de la sangre. Que deje de llover/llorar esas nubes tristes, tan bobas... en el interior del cristal de tus ojos. Que cambie el mundo su eje/rumbo de traslación en su rotación. Que la tierra se gire inclinada y dé marcha atrás como una peonza puesta del revés... Que vuelvan los muertos de esa enfermedad incurable. Que los vivos renazcan/florezcan a cada momento/latido sin parar, sin deformarse/sin ningún esfuerzo ni detenerse/siempre jóvenes... Entonces… ¿Cambiarían nuestros principios si desapareciera el hipotético final cruel...? ¿Se detendrían los relojes preñados/en cinta quedándose obsoletos arrojados al coso/pozo de los leones del sacrificio? ¿Quedarían entonces como amuletos sin fuste para los supersticiosos/brujas y hechiceros supuestos habitantes/habitáculos del mundo en sus nichos/abismo del replicante...? Ya no tendríamos ganas de escribir/leer ni de coexistir o soñar. Cada uno en su foso/coso individual voluntaria-mente perseguido esclavos... Jugaríamos a no comer/ni al juego sexual ¿o sí?, ¿qué importa, qué más da...? Volar solo con los brazos, nadar con las orejas o la nariz... Colegios llenos de niños burbuja en su pompa; niños probeta por ordenador, niños de porcelana, de diamante, irrompibles. Asilos/geriátricos y las iglesias vacías... Cunas repletas, tiendas a rebosar. Calles sin coches con pea-tones ebrios/borrachos arrastrados por la inercia de una vida que los pretende asesina. Animales de todas las calañas/razas y credos con sus letanías, rezo reunidos en el bancal del Señor... Cielo sin gloria ni color/campo de concentración de emigrantes en el exilio/deportados entre sus ruinas. Infiernos clausurados/caducos/obsoletos/cerrados a cal y canto...sin fuego, y los demonios en blanco siempre de vacaciones. Familias sin componentes ni competencias en la educación de sus retoños ya inexistentes...ajenos al clan y glamour de antaño... Pueblos vacíos/viciosos/viscosos/vírgenes y suicidas intentándolo de nuevo, -darse muerte- porque no aguantan más... ¿Pero qué vida sería esa.../es esta en la que estamos viviendo? -¡Qué lio!, tú el cínico! Como sigas así.../ ¡vas a llegar lejos! Con lo sencillo que resulta obedecer. ¿Has probado hacer las cosas como Dios manda...?
Casi puedo leer
Casi puedo leer lo que escribí ayer x en el garabato seco de la pupila/ pulpa blanca. Delicados cachivaches sin frenada ni control. Ligeras sombras visibles sólo al trasluz de una permeable/ permanente nueva infertilidad. Líneas blancas a punto de llorar bordando el atrevimiento... Gemas alrededor del cuello de su mentor al que van a robar/estrangular. Dura apenas un instante su correntilleo por el papel/sesos... Con la bola de acero deslamiendo/deslindando reduciendo el azul de la masa encefálica vertical templando la punta de un cilíndrico capuchón de nazaretano sobre la pasta del cristal en procesión de las palabras... Que desde lo alto de la azotea va dirigiendo él mismo/al mimo/la marioneta que avanza arrastrándose ayudado/convencido de no sé qué interés del titiritero... La huella del escrito es imborrable/ independiente, ajena a los comediantes. Su lectura es la sangre en la boca de los ojos del vampiro... Da igual lo que hayas visto o sentido mientras andabas o le mordías porque nunca tendrá ni se acercará ni de coña con lo que los motivó... Lo que lees no significa nada que no haya estado/o porque esté antes en tu cabeza. Las palabras son las huellas del camino y este se hace osco/pesado si se transita en demasía... Luego entre uno y otros se van borrando/eliminan. Pase lo que pase/quien pase el camino sigue y las huellas desaparecen contradiciéndonos... No somos ni eso, acaso un molde temporal en el barro/ vasija... ¿¡Quién lo puede saber!?
Nos vestimos
Nos vestimos xx? con el alma que robamos... al quitarle la ropa hacemos nuestra su desnudez. Paseamos descalzos por los charcos sin apenas sentir el barro/ ...por la arena sin notar su cosquilleo. Pasamos de moda cada día sin encontrar el verdadero atuendo. Una herida hecha gaviota en este vertedero junto a la playa del disco negro de vinilo por el que no dejamos de transitar. Incluso nos rayan.../ nos rayamos hasta la saciedad.