Yo descanso

Yo descanso a la sombra     xx
de mi ángel de la guarda.
El viento de sus alas
me indica/marca su presencia.
El roce de sus cabellos,
la cercanía de su silencio
y aún así
me caigo cuando tropiezo.

Le rezaba un Padrenuestro
todas las mañanas
a sugerencia de mi madre Soledad,
y hasta hoy
las rentas de esas plegarias
aún surten/transmutan su efecto.
Aunque me caiga de vez en cuando
creo que es
para que no me confíe.

Nuestro ángel de la guarda
debería morir y ser enterrado
con nosotros
en un ataúd de pequeño formato
para no molestar,
tan discreto como es él.
Todo lacado de blanco
a los pies de nuestra tumba/fosa
para levantarse
y contarle a todo el mundo que pase
las peripecias y fechorías
de los dos.

Si no lo hace así
es porque los servicios prestados
no fueron de su agrado,
o que es un gandul como yo
o un traidor como mi otro yo.

De todas formas
lo voy a querer y a necesitar
igual-mente.
Después de tanto tiempo juntos
se va pareciendo algo a mí,
como yo a él.

¡Somos ya tan iguales...!

Quién no ha jugado con una mosca…

Quién no ha jugado con una mosca    xx?
y le ha cortado/arrancado sus alas.
Quién no ha aplastado una hormiga con el dedo.
Quién no ha pisado un caracol sin ir distraído...
Quién no le ha dado un puntapié al perro/gato "a casico hecho".
Quién no ha puesto veneno para los ratones/ratas
o ha echado insecticida para los mosquitos, avispas, cucarachas.
Quién no ha pensado tomarse alguna pastilla de más, tirarse
por el balcón/a las vías, o a la vecina...

A quién no se le ha pasado por la cabeza lo absurdo
del papelón que ensayamos, para no debutar nunca
ni ser jamás aplaudidos/comprendidos
más que por el director gruñón de la obra
que todavía confía en nosotros y de que todo acabe bien.
O en el mejor de los casos...
  de que todo esto sólo sea una gran mentira/"metía"
y no nos valga para nada.
Quién no ha pensado alguna vez si merece la pena...
O en ese supuesto, ¿por qué a mí, así...?

¿No sería mejor haber sido una lagartija/una araña?
¡Qué sé yo!, ¿o un saltamontes?
Por decir algo...

Mira, todos menos a este del que me quejo,
ni de todo cuanto conozco y deseo..., 
a él, -mi yo-
es al único que no me llevaría otra vez de viaje.

-Pobrecito mío, lo vas a dejar con el moño hecho.
Siempre echándole la culpa de lo que te pasa.

No te preocupes más por mí ni por él, tú...
Aquí puedes largar y no te cuesta dinero
ni visitas al médico de la cabeza.
Lo importante es que te encuentres
y te sientas bien...

Gracias “mini yo”, qué comprensivo eres,
pero el día menos pensado os voy a borrar a todos del mapa,
-ojo al parche- que estoy en ello.
-Ya,  
pero que sepas que... el que avisa es un traidor
porque después nunca lo cumple.
¡Que valiente eres, colega... al otro lado de la nada!