Duermen los equilibrios su calma

Duermen los equilibrios su calma             x?
reposando sobre sus inquietas ganas.

Y, en la interminable alegría
de una sola de estas mañanas
cuando apareces...
eres lo más hermoso de cada instante
entre las tibias láminas de cemento
y madera grisácea.

La mesa, los atuendos,
tus movimientos cuando te acercas...
cercan el espacio con su aroma aún fresco
-traído entre tus ropas y el pelo-.

El trabajo reposando espera que lo descanses/
archives en los ojos de los tontos... 
-que tanto te admiramos-.
Como pececillos en la pecera del infierno
nos haces hervir.
Esclavos,
clavados en el muro de hielo
de tus encantos.

¡Marlen, qué lo sabes...!








Te digo a ti…

Te digo a ti...     x+
esclavo de tu jardín,
rosa de mi guiar/
prisionero de tu decir.

Te escucho,
y suspendido del más leve latir,
tomo la cicuta
de poseerte sin fin.

Eres lo único,
eres la totalidad irrevocable
de un cuarto de instante,
...y en el más simple de los cobijos
tu infinito cristalino
de piel y carne,
corretea y se evade,
camina y se parte.

Eres por siempre...
mi más recóndito enganche.





Te quiero…

Te quiero...          xx
y poseído por tus encantos
me embarco, navego y naufrago.
Y todo eso en tres veces que te miro.

Me aparto, me voy,
vuelvo y te encuentro.
Y otra vez, agazapado, te acecho.
Cierro los ojos y embriagado de ti
me atormento...

Te susurro en el silencio de mi soledad
cosas atrevidas, hasta despertar...
Y cuando te tengo,
eres sólo una sombra por realizar.
Cal y canto de mi ansiedad.