Se desgranan moviendo sus culos x+ al son de la marcha triunfal del alba, cada día y un día más... Y así, transeúntes del devenir circulan con las camisas desgajadas en la fiel sien de la añoranza. Y todo... por una mala brisa en el bancal; ese de pan y de paja, de alma y de cristal.
Categoría: Primera etapa (1973-1982): Memorias encontradas en el otoño de un idiota
Hay veces…
Hay veces... xx que se escapan las ilusiones en carros ensangrentados sobre las arenas del tiempo. Hay veces... que se escapan las alegrías envueltas en nubes grises que se condensan y te precipitan. Hay veces... que se escapan los momentos por caminos fangosos, faltos de carisma... -Dejando transcurrir los días- como melancólicos suicidas.
Luciérnagas silenciosas
Luciérnagas silenciosas x+ juguetean al escondite entre las matas... dejando ver en la oscuridad su falda verde esperanza. Grillos irreverentes atronan frotando sus patas, derramando júbilo entre las brozas y cañas. Las ranas croan en carnal semejanza entre chasquidos y silencios que las asusta como delatan. Mientras que la senda mojada de relente remonta con su humedad mis sandalias. De pronto, una sombra en la tapia me hace huir a la misma velocidad que me atrapa. Y lanzado al borde del estupor convulsionado como una guitarra guancha, tiemblo aplacado en esa espuma “pasmao” del miedo que me atenaza. Con el valor de cien quijotes siembro de pisadas feroces la senda de hilos de plata, hasta aplasto algunos caracoles/ a cualquier criatura noctambula, voy acelerado, con prisas, sin contemplanzas. Al loro... unos perros avisan de mi llegada, el cañizo, una estaca, la curva, una ligera cuesta la puerta de mi casa. Por fin, respiro tranquilo en la paz de esta plaza.
¿Por qué abandoné mi deber
¿Por qué abandoné mi deber xx cuando las ganas sin cita tenia? ¿Por qué amargué mi quehacer si la cita no estaba prevista? ¿Por qué espero mundo y en nada de sustento me encuentro? ¿Por qué lucho en vano contra el cisma del poco agrado? Ahora, la sed ahoga mis nervios, se atragantan las venas en trepidantes borbotones servidores del momento... Se hace la forma un suspiro/ se quiebra el instante en deseo, quedando la semilla fundida en el entrecejo; irremisiblemente solo, junto a la pared del cuarto en deshielo.
A esta mañana…
A esta mañana... -con su habitual pereza- xx mi cuerpo desde la cama se acerca. Las sábanas arrugadas de tanto ajetreo/ de tantas vueltas... ensoñiscado me calientan y me dan un poco más de crédito. Abriendo una esquina por donde asoma mi mano buscando el reloj, tiento despacio/sin acierto, en la oscuridad temprana -mesita de noche de mi desgana-. Sólo uno o dos minutos me faltan... De un brinco me pongo al filo del colchón, busco mis calcetines, zapatillas, toda la ropa; los encuentro y me voy al aseo de mi esperanza. Más tarde, en la cocina... caliento la leche, desayuno, cojo el almuerzo, las gafas, los guantes, el chambergo, y un beso a mi madre si la he despertado. Salgo de mi casa/bajo las escaleras; un pestillazo, ya estoy fuera en busca de la cochera. El Dyane 6 o la Vespa Sprint 150, -me da igual- los dos me desperezan y despiertan... ponen tiesa la carretera, se la saben de memoria. El Dyane es un vaivén continuado. La Vespa una fresca que atormenta... me vibra/me entumece, a veces me suelta a tumba abierta es muy guapa y traviesa. Así, día tras día... recuerdo y me inundo de los mismos paisajes que veía cuando era crío. Cuando en el autobús del colegio (Sanje) hacia el mismo recorrido. Casi siempre sentado junto al conductor, -en primera línea de ataque-. Era como una deliciosa excursión, nunca quería llegar a mi casa ni a clase/ ¡por supuesto... Allí me esperaba el estudio/o la picaza, el capazo, la merienda... En el asiento iba "volao" como pasajero en el tiempo/ no quería acabar nunca el viaje, ...ahora ese gusto ya no lo tengo. Voy a la fábrica de escayola de mi tío Jesús, -polvo y agua para mis locuras/tormento-. Aunque se hizo de rogar/sin querer... aquí estoy, El perro en la puerta, helado como yo, -nervioso- lanzándose como una fiera cuando busco el candado. Le grito estrofas de mil demonios... hasta huyen los angelitos por el cielo entre las ramas de los olivos, el algarrobo, los almendros, los eucaliptos, los limoneros, los cipreses medio rapados. Todos muy despiertos, con sus aromas en lo más alto. Él baja la cabeza sumiso, con recelo sólo quería lamerme las manos, los dedos... es un asco que me da y no aguanto -tanta sumisión así de temprano/la detesto-. Entro... sujeto las puertas abiertas/ato al perro, aparco en la sombra, esa que cambia como yo conforme pasan las horas; -según donde te da el sol así contesto-. Subo las persianas/conecto los paneles de fuerza, me pongo el mono blanco lleno de pegotes de escayola secos. Es el atuendo que mejor me califica lo llevo con mucho cariño y esmero. Es, -sobretodo...- la imagen con la que mejor me sincero los dos solos, medio encueros. El ruido de la moto/el coche de algún compañero, -aunque no hayan llegado- los huelo en el mono colgado junto al mío, en el perchero. Son su doble, como el espíritu cansado... ese que no se fue nunca de la fábrica esperando que vuelvas y lo preñes de nuevo. Rápidamente me sitúo en la calle de los moldes de caucho tapas de metacrilato, hierros y chapas temblando. Es la maquinaría que se enrolla con estruendo al pulsar el botón del sinfín que me trae la escayola de los silos al cubo de agua, la batidora y la fibra de vidrio. -Las ventanas siempre abiertas la brisa que me pela, todo perfecto...- Empieza la función, es el calabozo donde me recreo. Alguien conecta la radio, esa amiga con la que viajo despierto... Es la música, crisálida que seca el barniz opaco que mana de mi cuerpo, como de un pañuelo húmedo entre cansancio, sudor y tiempo, alboroto desatinado con el que me entretengo... Hoy no sé cuántas vueltas daré... -casi siempre doce-. Soy escayolista, peón especializado, fundidor de placas a destajo; por cuatro pesetas y veinticinco céntimos maltrato, y despeño a este cuerpo que tanto quiero. Cuando termine hoy, no sé si tendré ganas de ir a la facultad, que no me quedan, -casi nunca...-. La filosofía pura me desteta, es como mi nave nodriza, pero nunca despega. Creo que anularé la prórroga y me iré a la “puta mili”. Allí dicen que te haces un hombre... me haré también en cualquier esquina de mi vida que a partir de entonces y de ahora no tenga sabor como a recién parida. Esta se quedó aquí, abonando la semilla de ser un animal translucido casi de “na” que escribe, pinta, se escudriña los sesos... en el filtro de su devoto y santo desconsuelo; coqueta caricia con la que casi siempre muero o me duermo... Alguna vez, el reflejo de lo que vea se acercará a lo que tanto amo y pierdo... entonces, creo que me daré por contento. Mientras tanto, voy dando tumbos a diestro y siniestro. Hasta luego corazón... Ya nos veremos.
Por las tormentas
Por las tormentas de mi cerebro x? manan fluidas lágrimas del inagotable manantial de mi soledad contaminada/ inconcreta... Sin poderme despegar de la almohada mojada antecámara de tantas inútiles bobadas, ...me descoloco en continuos meneos, -preso de alguna brasa- que me lleva de un lado a otro de la cama. Si me levanto, quiero romper con mi cabeza la pared... Y con un ¿por qué? morder la tierra que me sostiene. Quiero estrangular mi tormento/ cortar los cordones tensos que sujetan las ideas al cuerpo y con un golpe/disparo certero cascar el tambor donde las meto. Tengo que secuestrar a ese monigote de barro y yeso desde el más allá de mis adentros... -limpiarlo y ataviarlo de nuevos trapos-/ para hacerlo más feliz en su destierro.
Si una de tus palabras
Si una de tus palabras vuela xx con la más leve esperanza de quebrantar cualquier morada y en silencio la requisas reduciéndola a la nada... Si recoges en el cuenco de tu mano las esencias más íntimas de la madre naturaleza y las enseñas y compartes con aquellos que la confinan y atropellan. Si logras desmoronar hoja por hoja el frondoso árbol del sueño... Si una mirada te produce mil emociones y una a una la saboreas y quieres con gana. Si modelas con tus manos el barro de tu cerebro en cuando más cocido está ni siquiera te consideras alfarero. Si el silencio es tu guardián, la soledad tu aliada, la noche tu compañera, y el alba tu almohada... Si consigues que tu imagen sea por siempre la identidad de tu espíritu, puede que entonces... -en esta tierra- además de polvo/ cries plantes algún matujo.
Nunca miré con ojos desnudos…
Nunca miré con ojos desnudos... x+ Cuando soñé lo hice con cielos oscuros. Siempre quise ser un payaso que, abrazado a la luna, se redujera en mil pedazos. Y ahora esa lanza atraviesa mi esternón de costado en alza... sediento de la sangre que me vaciaba/ hasta partirme el corazón ese manipulador de latas.
Construyes un jardín
Construyes un jardín de floridas frases x? y se enternecen los corazones más irritables, hasta se sienten desorbitados en este mundo de peaje... Construyes un abanico de frondosos ideales y conviertes en Atila, hasta el más humilde cobarde... batiendo sus alas blancas sobre palacios inalcanzables. Construyes una selva de razones trenzadas y deleitado entre balbuceos alardeas ordeñando la borra que guardas en tu azotea. Y entonces... ya no construyes nada sólo arañas el ataúd donde te paseas.
Llegas, irrumpes y te marchas
Llegas, irrumpes y te marchas x+ y todo eso por nada... Gritas, lloras de palabras y rompiendo con todo, te cansas. Llegas a ver amable la mañana y por poco llueve o te aplasta. ...Dime o calla, cuando todo cambia, y verás como te engañas. Y si vuelves a llamar te echan o te tachan. Y todo sin saber una causa... tan sólo que dudas y en la nada te arrastras.