¿Por qué abandoné mi deber xx
cuando las ganas sin cita tenia?
¿Por qué amargué mi quehacer
si la cita no estaba prevista?
¿Por qué espero mundo
y en nada de sustento me encuentro?
¿Por qué lucho en vano
contra el cisma del poco agrado?
Ahora, la sed ahoga mis nervios,
se atragantan las venas
en trepidantes borbotones
servidores del momento...
Se hace la forma un suspiro/
se quiebra el instante en deseo,
quedando la semilla
fundida en el entrecejo;
irremisiblemente solo,
junto a la pared
del cuarto en deshielo.
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