Caballones de muertos de 1.70 por 60 xx?
y una chapa de metal numerada en forma de cruz
clavada a un palmo de la cabeza.
¡Pobres esqueletos...
creciéndoles las malas hierbas.
Así era el cementerio...
con algunas coronas, ramos, búcaros/tarrinas de flores
-serpenteando las sillas de morera/anea-
donde los mayores velaban a la luz
del primer día de noviembre
a sus muertos.
No había mausoleos del otro mundo...
pero si rectangulares cajas hechas de losa/roca
corrales y nichos donde meterlos,
para que no se salgan/
escapen esos...
los que ya habían partido.
Según nos había contado el cura
-en la homilía improvisada de la tarde-
De que no nos debíamos de preocupar,
porque ya descansan en paz...
en la otra orilla/ la de la vida eterna.
Mientras tanto...
nosotros nos peleábamos por la cera que chorreaba
–casi hirviendo-
para llevársela al señor de la puerta
que nos daba trozos de regaliz/-raíces a cambio-.
Y corríamos de nuevo a internarnos
en el bosque de dolor, lloros/murmullos
llenos de rotundo silencio.
Había un momento de duda... -al atardecer-
cuando se escondía el sol de todo esto.
Y es cuando te querías ir/marchar o quedar,
-nunca lo tenías claro-
del miedo que daba los rostros de la gente
temblando a la luz de las velas/cirios
y de las vasijas de mariposas
platos de aceite/algodón con su punta ardiendo.
Y esos retratos/fotos antiguas que presidia la tumba.
Y las cruces/sepulcros de mármol o de granito
que ya se dejaban ver entre las familias más pudientes.
Y el olor embriagador/
asfixiante de los crisantemos,
¡Empalagoso!
¡¡¡Terrorífico!!!…
O la figura de la flor del “moco de pavo”, ¡Aterradora!,
y el perfume fino -como diría mi madre-
de los claveles/de las rosas o de los lirios.
Ahora nada es igual ni huele igual...
aunque me dé/tenga el mismo miedo y respeto que antes.
Todo inundado, lleno de casetas.
Las flores inodoras
y esos ramos gigantescos de “a por fía”
-como para ver quién gana/quiere más a sus muertos-.
El florista haciendo su agosto particular,
y los fallecidos/dolientes;
quietos, descansando
entretenidos con todo ese ajetreo...
Viendo como disfrutan/se ocupan los suyos
por un día de visita obligada al año.
Así es todo esto...
Aunque yo/ yo voy poco,
porque sé que una de las veces que vaya
será para quedarme con ellos.
Y entonces no sé de qué se hablará,
o a qué me voy a dedicar...
Mientras esté/
estoy hoy a escasos centímetros
de donde estaba/estuve antes...
Pero ahora tumbado, acostado -estaré-
y en trámite/tránsito de quedarme
en los puros y puñeteros huesos
ya de una vez por todas.../
y para siempre.
Me imagino...? -porque me gusto así
que me visitarán.
Leerán mi nombre gravado en la piedra,
y debajo yo/ junto a los míos
en una pose interesante, para no desentonar.
Espero darme alguna vuelta por el perímetro/entorno
cuando no haya nadie
-como se lee/ve en los libros o en esas películas raras...
para contemplar y disfrutar de las estrellas/
firmamento.
Ese túnel oscuro al más allá/manto manso...
-y me gusta pensar que me aliviará del frío-
que me cobijará de la soledad,
en caída libre al abismo.
Hasta el infinito más profundo
al que tantas veces miré pidiéndole ayuda...
¡¿Si es que no sale alguno a conversar/-darme la lata-
¡Espero que no...?
A contarnos esas/nuestras historias pasadas/pesadas,
pisadas por la vida
-y a revivir viejos tiempos-.
Una vez gloriosos/soñados como ciertos
ahora en total descomposición.
Puede que incluso se ligue... ¡¿qué sé yo?!
Porque haya algún bar abierto/especializado
para nosotros.
Si leeremos la prensa...¿?
o tomaremos alguna copita/alguna hierba de infusión,
carajillo/ o nos actualizaremos
con sólo apretar un botón
en cualquiera de nuestro banco de huesos.
Y volveremos borrachos a dormir la mona.
¡Qué bonito!¿?
Escarbando nos meteremos de nuevo
entre nuestros vecinos/allegados.
Todos juntos otra vez, reposando/
acomodándonos en el último viaje... el definitivo
-entretenido cortejo/guiño hacia la muerte total-
Estoy seguro
de que con la muerte no se acaba esto.
¡Vaya palo que sería!
Porque si no... ¿Para qué hemos venido ni existido?
Esta aventura
debe de ser un trámite más de algo/
debe de tener algún sentido
-intrínseco incognoscible-
una fase o cosa así de la chispa extraviada que vaga/
gravitándonos por el Universo,
y que ahora...
-aunque está sobre la tierra-,
pronto pasará a estar debajo.
En un paraje/aparcamiento de semillas, almas
a la espera de brotar de nuevo?
Sólo es cambiar de posición/actitud.
Puede que sea como un receso, no sé?
Es muy fuerte/
-si te paras a pensar...-
Quedar eliminado de la partida con un Game Over.
Todo esto se podría comparar con una sala de espera;
un “hall”...
No del palacio/paraíso prometido,
ni de las novecientas mil novias vírgenes.
Un tránsito/travesía, -más bien/.
¿De dónde/hacia dónde?
¡Y yo qué sé...!?
Pero...
Y si resulta que es el final?
No... no me gusta demasiado la idea.
Por eso pienso -en lo que quiero- y me importa/exporto
o me interesa... de cómo ser/estar...
antes de que me pudra ahí dentro
-me haya disuelto- en cuerpo y alma.
Para no atormentarme demasiado
cuando se encienda la lucecita roja
en el músculo rojo o en el grasoso seso.
¡Ojo! Sólo me preocupo físicamente/
porque el espíritu nacido al amparo del ser...
-esa chispa a la que hacía referencia antes/
creo que es/
viene/vive para toda la eternidad.
¡Si... siempre serás tú, el irremediable/insustituible!
dentro de su cajita, capsula espacial/especial...
Única/único, incomparable-mente dúctil
para la navegación gravitatoria
entre las franjas de su longitud de onda
en expansión por el espacio conocido
y aquellos lugares aún por descubrir.
No sé por dónde andará/se meterá... ni si flotará.
Si adoptará/acoplará/encajará a otro cuerpo.
Porque aunque es aventurera,
también es muy tímida, -mi alma-
No sé cuánto le costará... si lo acatará de buen grado/
aceptará integrarse en otra fisionomía
de cualquier planeta/animal o cosa.
Si tendré conciencia de mí.../-lo que soy/ y sé ahora-
después de consumida esta ración
porción del pastel/torta.
Es un añadido extra/insolvente/indisoluble e incalculable
para mi reducido/-residuos de entender-
como animal parásito/pasivo
positivo/pensativo...
Pero no me importa?
Si haces cosas que perduren... llámese -tu obra-
en el interludio/intermedio
desde el principio/hasta el final de tus días...
Puede que tú –ese ente especial- permanezcas junto a ella
aunque sólo sea en el recuerdo/memoria/
realidad de lo viviente y perdurable del mecanismo
...mercantilismo de lo humano.
Y esa sea la denostada/
pretérito imperfecto de la inmortalidad...
La exclusividad/excelencia de la que todos hablan
y desean ser partícipes.
¡Vamos! ¡Digo yo!
Esto es un poco así...
-es parte de la vida/del todo-.
Te imaginas echar raíces cuando te entierren/
y crecer otra vez...
¿Verdad que no?
Es que... /-esto cansa-.
Vamos a dejarlo en una.
Dicen que con un botón de muestra es suficiente.
¡Y el que venga detrás que arree!
Por hoy... -ya está bien-
He gastado unos cuantos milímetros
de la barrita de tinta/ boli de lo tonto que soy...
Pulvis et umbra sumus
Sic praeterit aetas
Sic transmus omnes
Polvo y sombra somos
Así pasa la vida
Así pasamos todos.
No es de mucha ayuda...
pero el consuelo al ver a los pasajeros/lo parejos
que nos trata el mal
logra que se lleve mejor la carga.
La igualdad es un bien tan aborrecible como envidiable...
-según el escalón desde donde la observes-?
-Y si sigues no terminas nunca... -que te conozco-
Desde luego que tu muerte literal
no va a acabar contigo, zopenco!
De eso se trata, y que me perdonen los modestos.
Yo quiero un caballón de diamantes,
-por pedir-
Y criogenizado como Wal Disney con sus dibujos
que tanto nos han pervertido/maleducado.
-Al final te veo en una lata de conservas
para marcianos...
P.D.
La distancia, la muerte y el camino
tienen vida propia.
* Publicado anteriormente 01/11/18
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Pues no sé, Lucio,
no soy de cementerios, ni de culto a los muertos,
los míos los llevo en el corazón
y de los que he tenido decisión,
sus cenizas han sido aventadas al espacio…
más que nada para que no se junten de nuevo,
porque creo que una vida es más que suficiente,
y si se querían reencarnar, lo siento mucho,
creo que les he hecho una buena faena.
Por mi parte, después de muerta…
cenizas al viento y a vivir
porque, ¡qué solos se quedan los vivos!
Un abrazo.
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¡Bueno…/ Estrella, -creo que estamos en la misma onda- salvo las cenizas…
Espero que las dejen enterradas junto a los míos/ -que ya partieron- en un tarrito bien majo.
Un abrazo!
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Tu post me recordó un relato que acabo de publicar…
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Es el día de hacernos muchas preguntas para no obtener ninguna respuesta. La habitación de al lado, como escribía S. Agustín, solo tiene puerta de ida, jamás de vuelta. Un abrazo.
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Sí…/ Paz, parece que S. Agustín tenía razón…
Un abrazo!
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