Su quietud en fuga me asustaba xx
como presa agazapada me escondí
detrás de la máquina traga-perras/
-penas del desierto de mi soledad-
llena de arena/añoranzas, atrancada sin funcionar.
Y el glacial del olvido/diablo crujiendo al deshielo
tiritando manso en la imagen de no estar allí.
-Martillo de Thor
empotrándose en mis sesos-
Me alejé de su destierro desanimado
ante el sacrificio azteca que se avecinaba...
destripado mi corazón
con vuelo/fuego raso,
sobre la cabalgadura de un disparo del conquistador.
En su desaliñado/desencajado rostro
vi el destiempo pasar huérfano con la siguente bala
entre los dientes hacia la recámara...
Ahora abandonado vegeto/ -delego en todo
el yo de ambos en un plácido descanso...-
mientras navegamos
como dos cisnes rosa por la laguna Estigia.
Sí... más muerto que vivo
y sin haberle pagado todavía al barquero
que me tiene de orilla a orilla hasta que junte las monedas.
Ha sido un placer.../ ausente de tantos "quizás"¿?
Pero bueno, -al fin y al cabo un placer...-
con ese misterio que te desarma y desloma.
-¿A ti qué te asusta más?
Llegar... llegar tarde, o no llegar nunca.
Niguna de las tres cosas... Ser, -sólo ser- esclavo
en cuerpo y alma/
hasta donde el gusto nos lleve...
* Publicado anteriormente 09/10/18
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Lo que no podemos alcanzar nos desgarra el alma y el corazón pero aun así, seguimos en la pelea. Tremendo poema. Un buen fin de semana
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