Se deja desnudar x
el sentir profano
como un esclavo sumiso
engullido hasta las manos.
Suenan, desde su garganta...
campanadas de bronce y plata
anunciando la nueva cascada,
esa de regurgitar la calavera
que heráldica se esconde
dentro de tu cara.
Ya el tornillo lentamente patea
el camino hacia la vaguada,
hasta se entretiene en cada vuelta
contemplando la estela que le arrastraba.
Así oxidado y fundido en la miseria,
es pacto de las llamas.
Y todo porque la gesta añorada
no fue lo suficientemente encarnizada/
-no tenías ganas...-.
P.D.
El ser -muchas veces- se olvida de ser/
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Más de las que debiera…ciertamente.
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Somos tb lo que nos ha quedado por hacer…/ Cierta-mente, Paz
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Que profundos son tus poemas, yo casi siempre me quedo en la superficie.
Saludos.
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¡Bueno… puede que en la superficie esté lo interesante/
¡Saludos
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