El oro del sol

El oro del sol          xx.
con sus clavos como agujas hieren mis ojos...  
     Siento el hielo de tus carnes
en el aliviadero/
muelle de descarga/-bahía de la desesperación-.

Viciosa/viscosa para ser preferible...
brillante y/grasosa ola del cegador instante 
                   en el peor de los momentos. 
El gozo con nuestro cuerpo es mutuo, -no lo olvides- 
intenta estar poco tiempo inconsciente 
no se te revele/porque lo sabe 
y no nos conviene...

Nidos en la cabeza de plumón de ganso/plomo fundido
lo han dibujado 
                     convirtiéndose en balas de asalto. 
Pólvora de ese tiempo gris -en su cuerno de avispa- 
    embutida en capullos de mariposas muertas 
    antes de su transformación... refugiados/

Todos los polluelos/orugas de la muerte/ 
deseo y desenfreno quietos/ 
                     sin más hambre del calculado... 
tienen tentáculos sin resolver/
-yacen inertes/secos a las puertas del cielo-. 

Vives en el pasado de lo que has pensado vivir/ 
             de lo que sería tu vida... -Me dijiste 
Sí, si te sirve de algo/de consuelo, 
tenías razón...
El corazón muerde, ¡mira como tengo el alma!
-se vio implicada-.

* Publicado anteriormente 07/10/2018


3 comentarios sobre “El oro del sol

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