Frases muleta en las que se apoyan/elige la gente/
las mentes de-caídas...
"Sólo sé que no sé nada."
Frase atribuida al filósofo griego Sócrates.
Aparece en la “Apología de Sócrates” de Platón, siglo V a. C.
Aunque la frase completa sería: ("Sólo sé que no sé nada y,
al saber que no sé nada, algo sé; porque sé que no sé nada")
Variación/cover/pregunta...//
"Sólo sé que no sé nada..."
¿Desde cuándo?
El no saber no es una opción.
El saber que no sabes, tampoco; ni te hace más sabio.
Si te refieres a nuestra insignificancia en relación
con el extenso océano del cosmos y, que cuanto más sabes
vas descubriendo la cantidad de ignorancia que se acumula; puede...
O que hagas gala de ella (tu ignorancia) para desacreditar
a base de ironías las afirmaciones de tus interlocutores
que se tienen por sabios; puede...
Y si lo juntas todo con ese... -no tomarse demasiado en serio
a uno mismo-; pues ya de tralla.
Si lo que pretendes con tu humilde afirmación es la de no inquietar/
acorralar/acobardar al vecino o discípulo que te escucha “embobao”
con los frutos/tributo de tu magna sabiduría; puede...
Si lo que afirmas es sencillamente que, para aprender a saber
hay que partir de cero, y que al descubrir el alcance de nuestro
desconocimiento damos señal de lo preparados que estamos; puede...
Si lo que buscabas era dar una explicación mayéutica en contra
de las apreciaciones sofistas -tan en boga en esa época-,
y que tanto daño hizo al proceso en el que Sócrates es condenado;
puede...
Si lo que pretendías era disculpar al maestro por incordiar
y llamar ignorantes al conjunto de la sociedad (Hombres estado)
poniendo en tela de juicio/desvirtuar el saber de sus moradores
y por consiguiente el valor de su decisión; puede...
Pero todo eso no son más que las circunstancias que rodean/
modelan el fundamento del diálogo.
Volvamos al saber puro y duro...
¿Saber o no saber?
¿Y para qué?
¿Cual es la/su razón...?
Esa sería la pregunta.
Pero no vamos a obtener nunca una respuesta plenamente satisfactoria
por lo complejo y aparatoso de la misma...
Casi se requiere una abstracción subliminal.
Nadie sabe lo que se sabe per se...
Sólo en el ejercicio del aprendizaje se sabe/se define uno
toma conciencia, en esa conjunción del ser con/y para el medio...
Si cuanto más sé, mayor es el conocimiento de mi ignorancia...
¿Hasta dónde iremos a parar?
Y si sé que no sé, ¿para qué me sirve de manera práctica saberlo?
Y otra...
¿Desde cuándo/en qué momento sabemos que no se sabe?
¿Y respecto de qué sabemos lo que no se sabe...?
Quizás lo más acertado sea pensar que se refería al saber
de andar por casa/supervivencia, el del día a día;
el saber vivir la vida.
Aunque con ello, no quita, que tengas que cumplir las normas;
que por otro lado, aprisionan/agobian como un castigo...
Por eso, para mantener su ideal filosófico intacto/su honor
de pensador, lo tuvo que pagar con su vida, haciendo caso omiso
a sus amigos y tomarse la cicuta.
Y fue consecuente...
-¡Cómo me recuerda a otro que pagó por nuestros pecados...!-
Y es ese el precio/moneda de cambio del saber/ideología,
(nuestra vida).
Van en mutua connivencia, hasta que la muerte se decide
y viene por nosotros, separándonos del yo cognoscible
y nos lleva limpios de polvo y paja al más allá
de la nada...
Sepas más o sepas menos,
porque ella no se fija en esa menudencia.
Conclusión...
Vive y deja vivir. No fastides y diviértete, a lo James Bond.
Y punto.
Lo que sepas hoy de nada te sirve cuando ya estés muerto.
-¿Y mañana qué...?
El mañana nunca muere/puede esperar.
¿Eso no es el título de otra película?
Puede...
-¡Pero qué peliculero eres!
luciodata
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...
Relacionado
En cambio hay algunos que saben sin saberlo…no saber filosoficamente, sino saber de alguna manera anticipada.
Buena entrada.
Me gustaMe gusta
Bueno… eso parece que es el instinto?
Gracias…
Me gustaMe gusta