Mis poemas

Mis poemas          x
son cartas de recién casado
a una amante ficticia que no tiene corazón.

Son cartas de rencor/resentimiento
con las señas confusas por el matasellos.
Son cartas buscando que se abran de par en par
con la yema de los dedos y no con el cúter/bisturí.

Mientras te vas chupando la sangre
por el corte producido en el filo del sobre/papel
de esa tu última intención...
Al querer imaginar, entender, descifrar
su contenido.

¡Venga ya...!

Dices que mis escritos tartamudean…

Dices que mis escritos tartamudean...           x
que carecen de fluidez invitando a la confusión.
Que son imprecisos/intoxican los sentidos
cambiando la orientación de lo simple o natural
hacia lo turbio y complejo.

Que lo convierte todo -como a otra religión-
dándole la espalda al rezo común de sus oradores
dejando sólo en el vuelo sus esperanzas de salvación.

Sabes una cosa, sabes qué te digo...¡?

Yo puedo ponerles algún tipo de cebo
para que acudan las emociones más primitivas
condensando en botes de hojalata
una porción/noción de significados coherentes
para colocarlos en esa alacena que todos alcancen
o bajo la losa fornida 
de lo que a ti más te plazca/convenga...
imposible de levantar.

¡Entonces, tú me dirás...
en qué quedamos? 
¡Cariño!

Escribí una vez en mi piel

Escribí una vez en mi piel          xx-
las iniciales de tu nombre
con la punta de acero de un bolígrafo
girándolo...

Corté bajorrelieves en porciones
con círculos minúsculos 
hasta que brotó la sangre
seguro del daño que me hacía
equivalente al gozo que sentía por ti.

Pasado algún tiempo
intenté borrar la marca
en alguna ocasión, sobre todo
cuando discutíamos
o aparecía otra chica en el panorama.

La primera vez lo hice
con la cabeza de una cerilla ardiendo.
Su cúpula opaca marcó un soberbio cerco
más amplio de lo esperado...
En carne viva su interior se lleno de "agüilla"
que al secar niveló lo escrito pacientemente
hasta quedar fundido como un parche/vacuna
en la corteza de su costra/-su otra media naranja.

Más adelante hice algún que otro retoque
justo ahí/o al lado
conforme se me iba calentando el corazón...

Uno fue con la brasa de un cigarro
generando un cráter.
Otro con la cuchilla de afeitar rallándolo.
O con insistentes restregones
por los zócalos de alguna pared.

Para estos últimos escarceos
creo que ya no estabas...
Es posible que a esas alturas de la contienda
ya hubieras partido/desaparecido.

Cuando miro la cicatriz de mi muñeca
compruebo que todo ese empeño por cambiar
lo pasado fue en vano.
Que no sirvió para nada...
porque sé lo que esconde.

Parecía que despuntara el día

Parecía que despuntara el día          xx+  
                pero no era/ni fue nunca así.  
Estábamos al final de las fiestas del pueblo, agosto.
     La luna olía a romero/romance    
tomillo de monte, espliego macho en la mota del río.
Las matas, cañas en la cola del brazal
como sables brillantes postulando...

La baranda del puente más mojada que nunca
                                    por el relente
como una siembra/serpiente de perlas.
El aroma a jazmín de la última puerta
                         por la que habíamos pasado
junto al galán de noche de turno
todavía atosigando,
incrustados en las papilas/pupilas
        del pensamiento de lo menos grotesco.

Iba atrapado en unos ojos de chispa de estrella envolventes
fuera de su cuerpo, levitando/llevándote con ellos
en su frasco de pequeñas esencias.
   Parecía/creías que lo entendiste todo
              pero no había/nada estaba claro.
Ni la generalidad del ahogo que te iba creciendo
como un borrego entregado al olor del pasto.
¡Qué fea comparación! 

Pero era feliz...
Y me dejaba caer hundido en el tacto de sus labios
en la piel de la punta de sus dedos
                              que se plasmó pespunteando...
      Que te apretaban conforme sentías cada pulso/
paso/latido suyo.
Era la voz de la carne hecha hombre/hambre elástico
que me llamaba ardiéndome...
-¡Ya me estoy pasando!-

Ni siquiera recuerdo si la besé del todo bien.
       Llevaba un vestido de cuadros azules
atado al cuello y la cintura
a medida, elegante/altiva, y sus hombros de cera.

Sus brazos los sentía apoyados en el hierro esquivando mi costado
       justo cuando mi vecino,
el de la casa de la huerta de al lado de mis padres,
apareció, se acercó a hablar,
a saludarme.
Me había reconocido, quería echar un vistazo, ver con quién estaba.
               Y nos jodió bien el jodido, de lleno
la posible/presumible aventura...

Ella no lo entendió, ni yo... -lo de mi corte-.
Y nos fuimos de allí callados, en absoluto silencio
hasta muy lejos
             sin que nos hayamos encontrado aún.

Todavía lo recuerdo como si fuera ayer.
Y me da pesar como si fuera hoy
                    y no se me olvida...

Me acuerdo a menudo de mi fantasma

Me acuerdo a menudo de mi fantasma       xx         
flotando por las baldosas de la ciudad
después de haberte esperado tantas horas
tantas tardes... para escuchar de tus labios
o con un gesto que no te acordabas
que no lo sabías...

Me tronchaban los celos
de con quién/por dónde habrías estado
con esa estocada hasta la bola...
Brocheta caldosa de la desolación.

Llorando para mis adentros
más rápido que hacia fuera
todos mis lamentos en peregrinación
navegaban/sucumbían cayendo
una y otra vez en el remanso de ese fango
podrido/perdidos en el fondo,
creando un denso tarquín/limo.

Desde entonces me aparté tanto
que aún te busco cerca de mí... incluso
cuando todavía pareces dormida.

Entiéndelo...
Me juré fidelidad y cariño
con un absolutismo ilustrado
hacia esta conjunción de carne y hueso
que hoy te observa.

Hasta que me entierren
latirá con un solo propósito -por los dos-
Y allí te esperaré
sin importarme para nada
cuando llegues...

 

Cuantas veces te miré

Cuantas veces te miré             x?
sin darme cuenta de que ibas conmigo.
Siempre entendiendo/interpretando mal tus mensajes...
Con cualquier excusa daba un paso atrás.

Mientras otros te acosaban, yo
agachaba la cabeza desanimado/vencido,
arrinconado en algún portal
o en el banco de piedra del jardín.
O junto a la ventanilla de socorro
del autobús de regreso
en el asiento más mullido
de la fatalidad extrema.
Tal vez pretendida, deseada, fingida...

Veía desfilar esos modelos por la pasarela
de mi ensoñación quejica compulsiva
ardiendo en una hoguera preparada/aliñada/atizada
hasta apagada llegada la ocasión sólo por mí.
Yo me lo guisaba/así me lo comía...

No fui capaz de traducir ese álgebra extraña
desde la que daban a luz los pareceres.
...De esa manera confundido/perdido
agoté gran parte de un posible e intenso idilio
ahogado en la glorieta de mis mocos
siempre chorreando...

La verdad sin rodeos…

La verdad sin rodeos... tapujos, ni sermones     xx+   
se ha adueñado/Se inventa un óvulo
                  para fecundarlo.
-Es el mismo cuento de siempre...
¡Vale, sigue! Por mí no te cortes/

Gracias.
Y ya puestos a observar/divaguemos...
¡Si es que aún nos queda/hay algo de tiempo!
¡Deduzcamos pues!

¿Somos desperdicio inútil/prepucio, labio
llano y simple del pene/-vagina del cosmos-
chulos de la nada, proxenetas...?
¿¡Por qué vivimos de las sobras/a la sombra de otros!?
      ¿Porque lo hemos heredado,
 porque lo hemos encontrado así¿?

Somos extraños/extranjeros para todo siempre...
Y cómplices/compinches
en este complicado compás de espera/
Alforjas de penitencia, -anécdotas irresolubles-
      doctrinas con las que vivimos, víctimas,
      condenados mucho antes de nacer.

¿Se trata o no de una ayuda indebida/innecesaria,
                          o de un castigo...?
No bastaría entonces con nuestra leal y fiel mirada.
Con nuestra compleja armonía etérea
que subyace desde el interior de la materia
y en oclusión/
eclosión de su combustión
hace posible esta aventura única.

-¡Jesús, María y José!
Hazme sitio en la sacristía/confesionario que voy...
    No,
    que lo tenemos todo lleno/ al completo,
          debes -para otra vez- pedir cita.



Somos pasado perfecto…

Somos pasado perfecto...           xx+
-de lo conocido la ausencia-
       de su vida una traición.
...Voz de ninguna boca articulada
cubo de brasas/aljibe/hielo descongelándose
raíz de manglar/cilindro de motor
broza de porcelana/...parcela estéril.     
-Frígida en la higiene de un cráneo
                 y de sus coetáneos-

Abono y fecundo mi yo
mientras lo desafío/desfalco y defeco...
Ando desesperado como debe estar
     cualquier mono en su jaula.
Sin saber la razón/motivo y deseando,
        ...deseando salir de aquí, huir/
        -siempre huir-.

-Lengua de serpiente/laguna de escarcha/fuego tú
              el que nunca muere sin mí...
Te vestirás de rojo y azul con crespón negro
antes de caer al vacío y desaparecer.
-Ya lo predijo el oráculo...-

Acepto mi nueva condición/posición, 
-postura en el anclaje-
  desubicado y de su error no asumido 
  velando a su descendencia.
Me duele, ya no hay un lugar hacia donde ir...
No siento ningún alivio por ahí dentro tirado/
              tiritando con los nervios fuera. 
-Escarpias a flor de piel-.

El esbozo/escorzo de su mirada y el tono/
                             trino irónico.
-Naturalmente que me importa- y me aproximan
como su pretexto/proyecto desde entonces
                     en origen ya fallido...
Y me resuelvo/revuelco en su desgana/desgracia.
Ahora soy de tu perfil un encanto,
     -la cuenta atrás de mi caricatura...-.
Ataduras del demonio/dominio de lo engendrado 
                                   terminado.
Está concluyendo ya eyaculado. Sí, 
y con gusto/olor a secuelas en la mano/-mazo
del tozudo allá...-
 
De todos modos, huyo.../ me voy
en mitad de este mi último receso, poema/
verso de verano de vuelta a casa.
Navegando en el tablero donde tú y yo hemos jugado/
     enrocado... -abrazados al rey que pudo reinar-.

Y lo siento.     
Siento mucho tu vacío en mi corazón desahuciado/
ya desarmado...
-No eres los que pensé que seríamos-.