Los fantasmas

Los fantasmas de la noche        xx?   
en invierno 
no pueden salir de la habitación.
Se quedan en los cristales convertidos en vapor
medio muertos/helados de frío.

A la mañana siguiente
les puedes dejar una nota/
o hacer un dibujo con ellos
en la pared de su opaca transparencia.
La mayoría de las veces 
con el dedo índice, o lo que quieras...

Van desapareciendo huidizos durante el día
porque no les gusta la luz del rayo solar 
-esa templanza que los deshace-
pero el rastro que dejan los delata.
Incluso en la huella seca de su esqueleto
se puede volver a leer esos mensajes
a la mañana siguiente. 


Ahora se van dejando caer, chorretosos
por las nuevas sendas flácidas y tortuosas
de unas palabras/líneas sobre las otras.
Encarcelados entre los barrotes de plata/ 
surcos en el cristal de una nueva visión
que da testimonio de lo azaroso
que puede resultar cualquier cosa
y su significado
por insignificante que sea...

Así se van sucediendo/suicidando
transformando los sueños y sus fantasmas 
-contra natura/en caída libre- 
por el cristalino/ojo de  la humanidad.
Sin más hambre que la del día
sin más sentido ni peso
que la propia ley de la gravedad
del escrito o del planeta...

Se van retorciendo 
como una lombriz en el barro
y ese gesto en su rostro casi imposible,
difícil de descifrar con tan sólo una vida...
Por eso trabajan a destajo
noche tras noche en tu habitación...

Siempre habrá un despertar enviudado
que tendrá que saldarse con un nuevo sueño.
-¡Ya!
Y nuestra cabeza es el huerto donde se cultivan...
¡Menudo bancal de melones estamos hechos!

Acabo de echar

Acabo de echar un buen polvo...           xx
Ha durado una eternidad
de tan sólo tres minutos terrestres.
Nos hemos corrido ambos
los dos juntos 
-...y no al mismo tiempo-.

Desbrozando la noche, empezamos
envueltos en un color crudo/
cocido al vapor que emana 
de las sensaciones
descomponiendo el aire
en medio de un bonito silencio
que imitaba al de verdad.

Ahora,
condolido por la duda
que ha brotado al acabar así...
-tan pronto-
de esa manera tan vulgar.
Me duele el gozo desesperado/desparramado
que no entiende nada
de todo esto que ha mal pasado.

Le he dicho que ha sido por un tirón
el no haber aguantado un poco más.
Espero que ella lo entienda...
-cosa que yo no-.
Pues la sombra del colchón/sábana
al levantarnos
no parece que sea lo suficientemente profunda
-dándonos la razón a los tres...-

-Nihil novum sub sole (Eclesiastés 1, 10).


Llevo dentro un animal

Llevo dentro un animal     xx
que me salpica.
Sus ganas abusan de mí.
Andan liadas
en continuos tejemanejes.
Embalsamándome
eternizando un ajetreo
que de antemano todos sabemos
que no acabará bien.

Un herrero desconcertado
dando forma sobre el yunque
a un corazón al rojo vivo
le puede salir cualquier cosa...
aunque sólo sea la escultura abstracta 
de amor a la cera
en los remolinos del vapor
entre el fogón y la maza.