Cuando siembres x? perdidos en tus cabellos los haces de luz del acogedor sueño... sentirás la angustia de mil soplos con uno solo de sus meneos. Y cuando vuelva ese duendecillo encantado removiendo charcas de poses sin reflejo... enturbiará tu imagen de casto travieso. Para entonces... perderán su dinero los bellos instantes con ese endiablado coqueteo ...y no podrás comprar un nuevo te quiero. P.D. Muchas veces confundidos, nos conformamos engañados -tomando como cierto- cualquiera de nuestras creaciones o ensueños... Dejamos de ser objetivos con lo real -con las gafas del deseo puestas-. Así es difícil/nos cuesta encontrar la verdad que buscamos... vagando como cabras perdidas por el desierto.