Él…

Él... mi eco del corazón/              xx?    
transformado en líneas blancas, verdes
                                     y amarillas...
saltando sobre el fondo negro de la pantalla/monitor
con rayajos/tachaduras 
-en rojo y azul-.

La bola sebosa de gel recorriendo mis costillas
guiada/conducida por el sabio doctor.
Y lo oía... -a mi corazón- como si estuviera fuera
mejor que en mi propia hacienda/
humilde morada.  

¡Y cómo resoplaba el fulano!       Ansioso/
medio ahogado, faltándole el aire...
Parecía que suspirara afligido por mí.

“Escuchaaggg.../escuchasggg, buen hombre
–Me decía...
Aún respiroggg/escuchaggg con qué fuerza lo hago.
“Escuchaggg, escuchaggg.../me    por favor"

Y lo escuchaba... ¡Pues claro que lo escuchaba!
¡Cómo no lo iba a escuchar, clavado en mis oídos
como lo tengo a todas horas?

Mientras el médico con su bata blanca
        -y su cara de hacerse el interesante-
trazaba líneas en su cuaderno de bitácora
conforme le iba sugiriendo/apeteciendo.   -O cavilaba
/cambiaba el rumbo...
del sin sentido de lo que allí ocurría.

Creí ver en algún preciso/precioso momento a un duende
que saltaba en equilibrio entre los alambres/
muellecitos/tirolinas/ateromas de mis arterias... 
Y los claros del bosque
de la zona ostial en la DA hacia el camino viejo
del tanatorio más cercano/UCI.
      Por el que presumiblemente pasaría mañana
de vuelta a casa o para quedarme tieso, 
-si es al otro lado/de la acera
ardiendo...-

Bueno, eso no lo sabemos...
¡Qué exagerado soy!!!
Tampoco es un prueba de magistratura o
examen del Juicio Final.

Ahora se infla, no se decide, cae y se levanta/
expande su líquido.
Bufa/mengua parece que se afloja.
Apaga/se crece, coge brío y ronronea acomodándose
                                            contento...
-Después del susto que se ha llevado el pobrecito mío-

Se contonea contándose/cantando a ritmo del segundero
-el que mejor conoce- para apaciguarnos...
Y aguanta, me aguarda/espera.../esperamos juntos...
-Lo que sea que tenga que venir-
  Está que se sale el puñetero.
¡Algo nervioso sí que parece...!

Y me ruboriza lo que no nos hemos perdido
      en desaprovechar las cosas de nuevo.
Con una fraternidad/lealtad endiablada/envidiable
como si tuviera derecho -a algo...-

P.D.
Lo que no bucea asfixia invasivo
y te retuerce/supera.
Supuran las ganas de cuanto no hayas hecho
al punto de querer volver a por todo.
  Pero ya es tarde...
  ni él ni tú estáis para tanto trote.
Ahora descansa encerrado/agotado
dentro de tu seno
como un bebé/viejo perdido en el parque.

-¡¿Qué le vamos a hacer!
   Ya has oído al doctor...
Mañana puede que sea otro día?!
Sí, -si el Señor tiene a bien...-



No grites…

No grites... no queda nadie,     xx+
    ni hay salida por la puerta de atrás.
El mundo no es suficiente/diferente porque tú lo quieras/
                                   te lo parezca
o porque tú lo mandes.
Ni amable como te gustaría...
Sólo lo presientes entre la piel de tus piernas
                   de vez en cuando húmeda
    por la sabia saliva y las babas de caracol...

Si quieres salvarte ven conmigo/
                     yo sé dónde ir/-donde llevarte-
y lo que te conviene...
Apenas es lunes
y ya hemos aprendido a pasar
de los fines de semana sin extrañarnos demasiado.

No grites... no queda nadie
-es tarde ya-
        lo nuestro pasó.
Anclado/ atrapado a un recuerdo/remanso/recuadro/
  fotograma del almanaque
que al romperlo por sus cuatro costados/
de sus puntos suspensivos
nos estamos cayendo,
               nos hemos tirado de lleno al vacío...  
Sí,
la nueva hoja de ruta, con su cuchilla bien afilada
y su partitura de música
sin señales/notas/números ni rumbo
      desconoce nuestro destino final/futuro.

No grites...
no hay remedio para lo que nos ha de pasar.
No hay ninguna salida de emergencia
                   para esa/ -esta nuestra última vez-.
Nuestra flor en el culo se pudre/desfallece, se ha rendido.

Los capullos de la crisálida/disgustos/disjuntos 
-como espuma en un capazo- y las agujas de los pinos,
perdón de las puntadas atravesándonos la ropa
al echarme junto a ti.
Nos ha noqueado, ni nos dejan en paz un solo minuto/
segundo/ ni de seguido...
-Así me lo parece.

Antes de conocerte ya fallecido me faltabas.
O al menos eso imaginé alguna vez mientras te adoraba.
¿Y qué... si no fuera porque ya todo me da igual¿!?
Antes en mi cabeza todo parecía mejor, 
-como más limpio-.
Y no entiendo qué ha podido cambiar
            con el transcurso de los años. No lo sé/