Montoneras fauces x de tirantes prietos tengo las carnes. Pescozón recio que muere de hambre. Montoneras fauces de piel distante en verdugos bidones cactus de estambres. Exclusa que no abre. Montoneras fauces tibiezas que prenden devoradoras de ñoras. Cañizales de cepas que beben de mi sangre. Montoneras fauces almazaras de pasiones, sabuesos castrados. Canícula llorona en la finca del desplante. Montoneras fauces bancales de levas, medianil zigzagueante. Por donde eches te clavas y no sales... P.D. Me guío mejor por lo que me desagrada porque adopto posiciones más firmes; como en pie de guerra... que hacen afianzarse con más vigor mis ideas.
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Zángano que pululas
Zángano que pululas distraído x sobre un pétalo arrancado del desamor hacia el fondo/lodo de la fuente/charco. Flagelo de espino amenazando los globos de los niños/zagal de colegio. Te tumbas a descansar a pata suelta bajo las nubes/ansias de dudosa reputación... Aprendiz de escama de pez volador. Adoquín afilado/descarnado, desdentado que rajas la goma de los neumáticos de todo el que aparca a tu vera. Cañar entero, lleno de brozas/en llamas. Hueles ha cerrado/quemado/ardido a un sol de justicia... Has mojado la cama con el deshielo de la última glaciación/degradación de tu sexo/sesos de borracho en barbecho. Cuando tropiezas y caes te vuelves del revés pero todos saben a lo que juegas porque tus trozos se van pareciendo pereciendo en ti/a ti, ya en el suelo. Comienzas a olvidar tu reconstrucción composición autómata/autodidacta. Notas como se va descolgando/desajustando ese músculo solitario de tu pecho ese botón abierto de la camisa... Siempre con los faldones fuera. Que sepas... que el cinturón solo vale para sujetar, apretar y meter barriga. Te vas haciendo mayor... ¡Pobre gordo seboso/ cuánto van a disfrutar los gusanos contigo!
Me escribo
Me escribo x para después de unos instantes, de un tiempo o de unos años leerme. Sé que no obtendré correspondencia alguna, pues no conozco a nadie con esas señas. Ya sabes que no me carteo con extraños y menos con alguien que tiene la osadía/cobardía la poca delicadeza... de dirigirse a mí en esos términos. Me resulta tan ajeno/ diáfano todo esto... Como esas fechorías insensatas irreconocibles/irreconciliables, esas que nunca se confiesan que no se asumirán por las buenas; esas que no aparecen/perecen ni tienen fe de vida... Acaso cuando llegue a conocerme y entenderlo, de rebote o por casualidad me mande un sobre hueco/vacío con el franqueo pagado. Para recordar esa etapa del misterio en la que continuamente me daba de morros/caía/cedía de bruces contra todo en el suelo.
Dices que mis escritos tartamudean…
Dices que mis escritos tartamudean... x que carecen de fluidez invitando a la confusión. Que son imprecisos/intoxican los sentidos cambiando la orientación de lo simple o natural hacia lo turbio y complejo. Que lo convierte todo -como a otra religión- dándole la espalda al rezo común de sus oradores dejando sólo en el vuelo sus esperanzas de salvación. Sabes una cosa, sabes qué te digo...¡? Yo puedo ponerles algún tipo de cebo para que acudan las emociones más primitivas condensando en botes de hojalata una porción/noción de significados coherentes para colocarlos en esa alacena que todos alcancen o bajo la losa fornida de lo que a ti más te plazca/convenga... imposible de levantar. ¡Entonces, tú me dirás... en qué quedamos? ¡Cariño!