Me dedico

Me dedico a crispar emociones...       xxx
Hago matanzas del hoy
con el mañana del ayer.
Las voy colgando como perniles
-en el cañizo del cielo raso-
donde las ratas
se pelean con los angelitos
mientras hacen equilibrios
por el alambre.

Dan vida a unas imágenes
inconclusas
en la penumbra de la sala
cruzada por unos ojos/haz de luz
que las clava como mariposas
en el yeso de la pared.

Hay piezas
con cierto matiz siniestro
por su exposición al mayor peso
-bajo los montones de sal-
entre las maderas del cajón.
Otras zonas con pimentón...
que aliña el sebo blando
entre los huesos salientes
de las carnes magras.

Reflujo/reconducción/anatomía
de una memoria enquistada...
Suburbios del ánimo
en manos de unos dedos apretando/
escurriendo la última gota de sangre
del corazón del éter
atravesado por la lanza del romano.

No podemos/

No podemos/ no debemos     xx?   
temer continuamente
lo irremediable/lo inevitable.
Pero si podemos poner tierra de por medio
para que no nos arrastre...
-para que nos encuentre
lo más tarde posible-.

Una vez localizado/ que tenga que ahondar
para que agotado -cansado por el esfuerzo...-
no nos haga demasiado daño.

Una vez dentro de nuestro cuerpo
llevarlo con resignación... sin complejos/
asumiendo la imposibilidad del remedio
para no atormentarnos
con una posible solución.

Taponando esos chorros de luz de la grieta
que se filtran por el humus compacto
para que despisten a las ratas
-que no den con el lugar exacto
donde descansamos...-

Donde los gusanos aguarden despavoridos/abatidos
sin nada que echarse a la boca
muertos de hambre y de frío
hasta la hora de nuestra marcha final.
Entonces que se den un buen atracón
¡El mejor...!
cuando ya no nos importe nada.