No sé/

No sé/ si he cumplido con mi/tu/su cometido...       x+
¿Pero, es causa suficiente para no pedir perdón
el haberme tenido que arrodillar ante sus ojos
maduros para el llanto?
Y no pude/supe qué hacer después...
¡Velarte!
¿Habíamos acordado acaso eso?

Sabia de la proximidad de tu adiós
pero no fue suficiente...

P.D.
Las hordas de los salvajes recuerdos
atronan/acampan/
atoran la válvula de escape
de la olla a presión de la mollera.

A estas alturas... -de la contienda-
con la edad y la disminución del ímpetu/fuerzas
casi nos importa tres pepinos
lo que antes era causa del deseo 
o propiciadora de conflictos/

Con el tiempo.../ el tiempo te devora;
y de lo que va quemando/quedando 
en su reconstrucción
ya no se maquina igual que antaño...
Ahora es diferente
-ya no somos el de antes/ ni lo mismo-.

El problema es el dique estanco
-la no distancia-
en el que se apantanan/aclimatan los recuerdos
como si de axiomas/
argumentos válidos imperecederos
se hicieran generales 
por encima del cambio/ritmo natural
de los acontecimientos...

Debemos entender -para no cacer en la trampa-
que hoy no manda lo que ayer nos hizo factor/
aunque nos gobierne su necesidad...
-cautivos por despecho-.
Al final/ somos animales secuestrados 
en/por su propia historia.

Somos el cúmulo de tantos cálculos/resultados
que no atinamos ni encontramos nunca
-al que se supone que somos...-
Para despejar la incógnita
debemos eliminar al paciente inglés/


Encaramado a la bolsa de los desperdicios

Encaramado a la bolsa de los desperdicios     xx
busco en el latido/lacito que tan mono le anudas/abrochas
un cordón, condón, pendón del perdón
donde estrangularme/asfixiarte/ahorcarnos juntos los dos
antes de que pase el portero/bedel y lo retire/LA BASURA.

Con su aullido/ascensor/canasto de goma
y el whatsapp, suspiritos al borde del pene
irreconciliable con tanto trajín en los bolsillos...

Que si las llaves del calabozo/las monedas de la libertad
los vales para el circo del retiro, la cara de cartera
el cuerpo en general que genera gangrenas...

Tanto temblor, tanto grito, comidillas de Tele5
en las auditorías de la escucha furtiva
con el aroma de ir piso por piso
recorriendo la campiña de esa ciudad en miniatura.
Reducido pueblo empaquetado en ladrillo
con papel de alba al amanecer y de plástico
cuando anochece.

Todo un delito estentóreo que vemos catapultar el tiempo
a nuestra puerta del cada día
mientras que permanecemos encerrados voluntariamente
en esta prisión de la misericordiosa resignación
apostólica y romana. 

En el epicentro mismo/incógnita del dedo en el gatillo
esta insoportable/insostenible delicateses.
No patinan/resbalan sus reivindicaciones
como las tuyas de las mías.      

-¡Basta ya... "pesao"!
Ni escucho lo que te digo,
perdona/pendona ha sido un lapsus...

No es por nada…

No es por nada...            x
pero se van apilando los enfados
configurando una piña bien compacta.
Apenas quedan espacios en sus celdas
para aguantar más porciones de evasivas
ira, sumisión incontenida...

Piñones presos intratables/
tiros a bocajarro/degüello 
desuello de la pieza...
Todavía chorreando la sangre
por la pata de la mesa/cuchillo 
del matarife.

No se curan/remedian...
ni con las mariposas del arrepentimiento,
ni con el fuego/tizón del perdón póstumo,
ni con la bragueta abierta/suelta,
ni con las bragas “bajás”.

Nada puede hacer cambiar todo esto
de imagen, contenido, forma...
Nada puede sustituir los vocablos vertidos
los volcánicos vacíos dejados en las entrañas
después de la erupción del cruel Apocalipsis.

Lava que calcina al poblado y sus restos...
-señas de identidad de un pasado en común-
Zumbidos de enjambres de abejas rabiosas
atareadas/"atacás” por las arterias dilatadas
de la fina piel de la trampa/traumas/pelea.

Ni resucitar, hacerlas tangibles
asumibles, comestibles
las magras intoxicadas ahora veneno...
Llenas/abarrotadas de muertos sus trincheras
en una táctica de guerra de desgaste
día tras día.

Tal vez... 
En el ocaso del acaso
puede que resultara/pudiera haber sido 
de otra forma, de alguna otra manera.
Pero no sé…
-¡Tu bendito culo/cerebro, ¿dónde están
al suponer esto?!

Hay cosas que si se dicen/tocan
ya no tienen vuelta atrás/impiden una solución...
Que al decirlas te corresponde/corrompes/asignan
una llave de casilla secreta
donde se guardan
con un explosivo/detonante/nido unido a ellas.
Con su llave maestra arrojada al río.

Que desde el mismísimo instante en que las oyes
notas salir de tu boca/la suya...
revientan/estallan en tú cuerpo.
Entonces sientes como todo cambia
alejándote de la estancia/estación al hospital
sin ánimo, sin gas ni ganas
para volver nunca jamás, ni alguna vez...
Incluso te olvidas de inmediato de la clave
santo/señal y seña
con la que lo hubieras evitado/arreglado todo.
-¡Vaya...como el que lo necesitara!

Y una caja y su corazón/coraza
al otro lado de la calle del mundo 
viéndote marchar esperando
expectante...
-Pobre ignorante tú...
¡En el fondo eres tonto de solemnidad!

No grites…

No grites... no queda nadie,     xx+
    ni hay salida por la puerta de atrás.
El mundo no es suficiente/diferente porque tú lo quieras/
                                   te lo parezca
o porque tú lo mandes.
Ni amable como te gustaría...
Sólo lo presientes entre la piel de tus piernas
                   de vez en cuando húmeda
    por la sabia saliva y las babas de caracol...

Si quieres salvarte ven conmigo/
                     yo sé dónde ir/-donde llevarte-
y lo que te conviene...
Apenas es lunes
y ya hemos aprendido a pasar
de los fines de semana sin extrañarnos demasiado.

No grites... no queda nadie
-es tarde ya-
        lo nuestro pasó.
Anclado/ atrapado a un recuerdo/remanso/recuadro/
  fotograma del almanaque
que al romperlo por sus cuatro costados/
de sus puntos suspensivos
nos estamos cayendo,
               nos hemos tirado de lleno al vacío...  
Sí,
la nueva hoja de ruta, con su cuchilla bien afilada
y su partitura de música
sin señales/notas/números ni rumbo
      desconoce nuestro destino final/futuro.

No grites...
no hay remedio para lo que nos ha de pasar.
No hay ninguna salida de emergencia
                   para esa/ -esta nuestra última vez-.
Nuestra flor en el culo se pudre/desfallece, se ha rendido.

Los capullos de la crisálida/disgustos/disjuntos 
-como espuma en un capazo- y las agujas de los pinos,
perdón de las puntadas atravesándonos la ropa
al echarme junto a ti.
Nos ha noqueado, ni nos dejan en paz un solo minuto/
segundo/ ni de seguido...
-Así me lo parece.

Antes de conocerte ya fallecido me faltabas.
O al menos eso imaginé alguna vez mientras te adoraba.
¿Y qué... si no fuera porque ya todo me da igual¿!?
Antes en mi cabeza todo parecía mejor, 
-como más limpio-.
Y no entiendo qué ha podido cambiar
            con el transcurso de los años. No lo sé/