Parecía que despuntara el día

Parecía que despuntara el día          xx+  
                pero no era/ni fue nunca así.  
Estábamos al final de las fiestas del pueblo, agosto.
     La luna olía a romero/romance    
tomillo de monte, espliego macho en la mota del río.
Las matas, cañas en la cola del brazal
como sables brillantes postulando...

La baranda del puente más mojada que nunca
                                    por el relente
como una siembra/serpiente de perlas.
El aroma a jazmín de la última puerta
                         por la que habíamos pasado
junto al galán de noche de turno
todavía atosigando,
incrustados en las papilas/pupilas
        del pensamiento de lo menos grotesco.

Iba atrapado en unos ojos de chispa de estrella envolventes
fuera de su cuerpo, levitando/llevándote con ellos
en su frasco de pequeñas esencias.
   Parecía/creías que lo entendiste todo
              pero no había/nada estaba claro.
Ni la generalidad del ahogo que te iba creciendo
como un borrego entregado al olor del pasto.
¡Qué fea comparación! 

Pero era feliz...
Y me dejaba caer hundido en el tacto de sus labios
en la piel de la punta de sus dedos
                              que se plasmó pespunteando...
      Que te apretaban conforme sentías cada pulso/
paso/latido suyo.
Era la voz de la carne hecha hombre/hambre elástico
que me llamaba ardiéndome...
-¡Ya me estoy pasando!-

Ni siquiera recuerdo si la besé del todo bien.
       Llevaba un vestido de cuadros azules
atado al cuello y la cintura
a medida, elegante/altiva, y sus hombros de cera.

Sus brazos los sentía apoyados en el hierro esquivando mi costado
       justo cuando mi vecino,
el de la casa de la huerta de al lado de mis padres,
apareció, se acercó a hablar,
a saludarme.
Me había reconocido, quería echar un vistazo, ver con quién estaba.
               Y nos jodió bien el jodido, de lleno
la posible/presumible aventura...

Ella no lo entendió, ni yo... -lo de mi corte-.
Y nos fuimos de allí callados, en absoluto silencio
hasta muy lejos
             sin que nos hayamos encontrado aún.

Todavía lo recuerdo como si fuera ayer.
Y me da pesar como si fuera hoy
                    y no se me olvida...

Nacer/morir/soñar…

Nacer/morir/soñar...                 xx+  
  parece que nada está en nuestras manos.

Somos los moradores de un mundo trágico,
animales de tránsito en rotación...    
                  -polvo de estrella-
   atrapados en su haz de luz.
   Todo es efímero/ pasajero... 
-¡Buenos días... brillad!

Mi causa ni yo la conozco.
Busco y tampoco sé si debería de haber algo...
Me tuve que quitar y hoy no sé dónde ponerme
              -ahora sufro en mi piel futura-.
               Estoy en horas bajas.
-¡Corra jefe, corra...! 
¡Que estamos cerca, saldremos del embudo/embrujo
apuro!

Algunas cosas sólo crecen y florecen en la penumbra.
La realidad es irrelevante,
                -...tampoco es que signifique mucho-.
No hay mercancía análoga ante el gran cinismo
que alivie nuestra angustia existencial...         
           Sólo estamos nosotros/-solos-
           y lo sabemos...           
           junto al yo de lo etéreo/eterno.
Lo que todavía no existe puede ser mejor o peor
pero no nos va a modificar/salvar
ni cambiar la sustancia de la esencia del ahora.

A veces no sabes en qué lado de la frontera andas
                                       o estás...  
si en el de la realidad o en el de los sueños.
¡Sabéis lo jodido que es eso, verdad...!?

Estoy harto de correr por los pasillos
de este inhóspito hospital, de este hospicio
                 lleno de pasadizos secretos
como un pájaro atrapado/criado en cautividad
           que no sabe que está en una jaula
           sin la noción previa de lo que es
ni del precio.../ 
-lo precioso de su libertad-.

Busco a alguien con quien hablar de este tema
                  de manera natural y espontánea
    como si eso no significara nada para ninguno. 
¡Pero se acabó! 
Aquí no hay, no queda/
no tengo más cosas que hacer...
ni qué decir.
-¿A qué viene eso?

Somos el lanzamiento abortado por una manzana
              en el plató/plato/pastel de Eva...
La rampa de despegue llena de sanguijuelas
y el pecado/
     pescado original aún fresco en la pecera/
papelera del adivino/olvido del gran dictador/
soñador...
Al final sólo somos una imitación
de la buena obra/-intención fugaz de Caín/Judas-
que todavía tintinea en las sombras
             bocado de cada religión. 

Ser consciente/recipiente de todo lo que te mereces
            y de su imposibilidad -no ayuda mucho...-
Todo esto no es más que un espectáculo inútil
infantil...
-de bobos para bobos- mientras las agujas del reloj 
cosen el traje del astronauta/
 -mono del animal- fuera de las medidas/
órbita de su/nuestro tiempo.
-¡Que lo que dije, pues que no se vale
 y así...!

El mundo es un monstruo salvaje insaciable
y el hombre el domador
...conquistador de su calavera/cabalgadura.
Somos un desgarro en el telo/
    cuerpo de la humanidad... Universo
buscando el sitio por dónde pueda salir/
-sacar a flote-
      su/nuestra pompa/burbuja...
Y ese miedo a que alguien decida 
que no te lo mereces
en continua cocción/eclosión/ebullición.

Avanzamos trabados/fragmentados 
por la lluvia de meteoritos procedentes 
                   del espacio exterior.
-No hay conocimiento seguro
asegurándonos totalmente de todo ni de nada-.
Cada uno hace/se agarra/
arrastra como puede...
con lo que lleva puesto o le han prestado      
...o tocado.       
-El de la varita mágica¿?-

Lo singular compite con el poder de la bestia
     y el magma sólido salido de la confusión
     nos desborda
     más allá de lo aguantable/asumible
     por nuestra estrecha condición física       
                         y escasa mollera...
¡Pero si sólo era/ es una pelusa!