El flujo continuado

El flujo continuado del humo         x
sobre la hoguera ligeramente encendida
no sobrepasa el metro/tres cuartos.
Es una boria que atomiza el relente
en bruma casi derretida
extendiéndose como la tela/vestido de una ninfa
envolviendo las copas de los árboles/naranjos.
El sudor de la noche hace brillar
el capó/los tejados/la valla de metal...

Mientras la lengua de agua
avanza por el huerto que riego.
Va buscando sin ninguna prisa
los hondos/las grietas/los llanos.
Desaparece/aparece entre la hojarasca
delatándola su lomo de cristal
que luce/brilla como un espejo de luna.

Va jugando/persiguiendo a los bichos/sombras
que huyen a su paso...
escondida bajo las ramas/leña
que le hacen presa junto con la broza
-isla de salvación/observatorio
para una avispada culebra-.

Llevo demasiado tiempo parado
en esta tabla/tornajo del huerto...
Noto a lo lejos que la lumbre
va perdiendo fuerza/altura/se apaga.

Tengo/tendría que volver rápidamente
y atizarla/evitando, si es posible...
el rezume de la húmeda senda
porque si al pisar te clavas/te hundes
y ya no sales.../
a no ser que te quedes descalzo.
Pero entonces te puedes cortar
y desangrante/sin que te des cuenta...

Mi huerto/la hoguera/la luna/el ser...
Ninguno sabe nada mientras se desnudan
para el sacrificio. 
El cuerpo/el alma/los sueños... 
se encharcan desangrados de la vida
del que muriendo quiere volver.

-¡Bueno!, mientras dure... dura!?
¡Tú siempre pensando en lo mismo...!

.

El libro da calor…

El libro da calor...     xx+
           prueba a ponértelo encima.
Déjalo reposar un instante sobre tu pecho.   
¿Lo notas?
         ¡Qué tibieza!
-como si te mirara dentro...-
Como si fuerais parte del sueño de un niño
que no siente absolutamente nada más que placer.

Cada libro es un viaje, una vasija/
           visita guiada a través del tiempo.
-tuyo y del autor-
Laberinto/alboroto que desde lo alto contemplas
viendo correr al minotauro tras la damisela
                         que por fin se cruzan.
Y se hacen el amor.
Hasta que llega/viene el héroe de turno
           y lo echa todo a perder/-dar al traste...-

Así son los árboles del bosque... 
             pulpa blanca para almacenarla 
             en grandes/duras ollas
-en los cráneos de los significados de sus letras-/
ramas/raíces
...ahora libro/atmósferas de su embalaje, 
                      alas del progenitor...

El libro una vez más te salva/es fuego en potencia
en la leñera, junto a las miserias de tu cuarto.
Y tú el furtivo, el nómada, el cavernario
               en busca de su refugio/calor/abrigo
para las noches de frío en soledad o en compañía...
Y te conviertes como él
        en hojas, papel de un día/de una vida.
-Bajo la lluvia de la atenta mirada
del que ha de arder-

Entonces empiezas/aprendes a actuar con equidad
al sentir lo otro como tuyo.  
Ya no te encuentras ni te sientes solo
    danzando
con el espíritu de las palabras...
También hay un susurro 
             tradruciendo el silencio de su lectura.
Parecido a la voz que antaño te velaba y guiaba 
hasta el portal oscuro del sueño.

Y te duermes rindiéndote/mecido en la brisa/
calma que te acuna
que te ayuda a salir del todo, vaciado
          con el prodigio de la nueva ficción/verdad.
          -Nana para tus neuronas-.