Hay días que hacen más días, x+ horas que ruedan como norias y segundos que se cuecen a presión guisado en caldos sin ollas. Hay ratos que hacen más ratos, momentos que escuecen sin gloria e instantes royendo jubilosos el claustro que los deforma. ¡Ay, cuántos hay! Mesura que no cesa, granel destartalado, abanico que te corteja. P.D. Somos matadores del tiempo... Una gota minúscula/ lágrima del dolor de Dios que también se pregunta el porqué de todo esto. Morir no hay que entenderlo como un castigo... es una necesidad de la naturaleza -pero que nos iguale la muerte no significa merecerla-. Nunca sabremos a qué cuento ha venido todo esto. Y eso es lo más desconcertante... -no saber lo que se oculta detrás de la vida-.