Enciendo el aparato/ xx pero no rastreo ni sintonizo frecuencia... Vibro/cauterizo las hondas -megabytes- “Dios te bendiga” -pienso para mis adentros- Consúmeme oído... estoy contigo en el retiro/ chillidos de la ambulancia por la carretera camino al hospital/habitáculo de hierro. Desatado me amargas con ese olor a baquelita ardiente/ medio tostada. Un pacto te acomete/ave fénix desatada... Y yo sigo igual, sin tregua en mi no saber dónde voy/estoy!? Dios con sus dedos apagando mi tea me susurró al oído un secreto... -ante ti lo hago valer/ una vez que no he muerto todavía- Sin haber hecho uso/acopio de la eternidad prometida; mortal como cualquiera, -como bien sabes...- también desterrado/desatendido hoy no te vienes conmigo. -Y calló... Eso ya lo sabía... -pensé, porque... aunque el dolor no era tan intenso -como el desconocido primigenio- del 2013 así en Babia le entregué mi cautiverio arrancándome del pecho el corazón ya inútil/ -a lo azteca- afectado en la zona apical... casi inservible a Él debido; -por alguna razón me estaba escapando de su parecer/perecer- por algún motivo tiempo... Esperaba ver disiparse blindada la aguerrida fantasía con la mano del silencio sobre mi frente mojada y ese frío tórrido del temblor desangelado... Los ojos clamaban al cielo en litigio -tiritando entre balbuceos constantes-. La luz que se resistía en aquel sueño tan extraño/ efímero... intermitente rojas y amarillas como las llamas /brasas de Vulcano pensé que de cabeza caía al infierno... La proyección de lo inigualable suprime y supera a la imaginación de lo susceptible/concebible. Al descubrirlo a mi lado exclamé. Pregunté...? ¡Ah! Eres Tú. Por ti mi orgullo muerto en la flor de su rebeldía. Ante la palabra inventada pues... del hombre en un convento de clausura mis votos anulé como un sordomudo en un mercado de abastos perdido. Una huida hacia adelante y la desintegración total. -A deshora/en deshonra... sin condiciones ante la presunta rendición obligado-. Pero no sucedía nada del otro mundo y aburrido cerré los ojos y me dormí de nuevo. Berridos/halagos brincando de un suspiro/latido a otro parecía que no tuvieran hartura... -en el monitor mis rayitas de fantasma en su cárcel de cuadros- y ya sin calzón, con una bata de cocinero abierta por el trasero... -enseñando la raja de lo desigual- ¡Qué no es ninguna nimiedad...! -Le dije Por favor. -Le insistí... ¡Ahora! -Le grité. Esto es una vergüenza... Ahora es el momento. ¡Hey...! ¿Pero cuál? -Contestó enrabietado. ¡¿A qué te refieres, pequeño saltamontes? ¿No te he dicho que aún NO? -Y no supe qué decir/ miré a mi alrededor -solo- entre los demás muertos enfermos-. Una sábana celeste de la nada me cubrió la cabeza con sumo cuidado/ descorriendo del cuerpo la vida hasta que por fin noté la paz del mundo caer sobre mi pecho ya en silencio de sus latidos... Él volaba desde la quietud... -no sé a dónde-. Pero sé que de alguna manera había contactado conmigo... Y huyó! ¿Revelación? ¿Todo esto para qué? ¿Buscarle un sitio/sentido a mi alma...?, no sé. Nada por pasar/nada por sentir, un pesar atrás/ otro por venir... y el reloj con su tic tac a ti/de ti... aunque ya somos ceniza necesito un espacio para vivir. -Pensé Esto no ha terminado/ o esto empieza ahora... Uff, qué lío!! P.D. Cada palpitación es un sitio... una huella/ una muesca en el revólver. Somos los pistoleros del tiempo -seres temporales-/ la carne-fisis del destino... Todo termina alguna vez. Vivir.../ es ir olvidándose de uno. -¡Demasiado tarde! Somos para siempre la pesadilla de un loco en la chatarrería/fundición del edén. OK.
