No es por nada... x pero se van apilando los enfados configurando una piña bien compacta. Apenas quedan espacios en sus celdas para aguantar más porciones de evasivas ira, sumisión incontenida... Piñones presos intratables/ tiros a bocajarro/degüello desuello de la pieza... Todavía chorreando la sangre por la pata de la mesa/cuchillo del matarife. No se curan/remedian... ni con las mariposas del arrepentimiento, ni con el fuego/tizón del perdón póstumo, ni con la bragueta abierta/suelta, ni con las bragas “bajás”. Nada puede hacer cambiar todo esto de imagen, contenido, forma... Nada puede sustituir los vocablos vertidos los volcánicos vacíos dejados en las entrañas después de la erupción del cruel Apocalipsis. Lava que calcina al poblado y sus restos... -señas de identidad de un pasado en común- Zumbidos de enjambres de abejas rabiosas atareadas/"atacás” por las arterias dilatadas de la fina piel de la trampa/traumas/pelea. Ni resucitar, hacerlas tangibles asumibles, comestibles las magras intoxicadas ahora veneno... Llenas/abarrotadas de muertos sus trincheras en una táctica de guerra de desgaste día tras día. Tal vez... En el ocaso del acaso puede que resultara/pudiera haber sido de otra forma, de alguna otra manera. Pero no sé… -¡Tu bendito culo/cerebro, ¿dónde están al suponer esto?! Hay cosas que si se dicen/tocan ya no tienen vuelta atrás/impiden una solución... Que al decirlas te corresponde/corrompes/asignan una llave de casilla secreta donde se guardan con un explosivo/detonante/nido unido a ellas. Con su llave maestra arrojada al río. Que desde el mismísimo instante en que las oyes notas salir de tu boca/la suya... revientan/estallan en tú cuerpo. Entonces sientes como todo cambia alejándote de la estancia/estación al hospital sin ánimo, sin gas ni ganas para volver nunca jamás, ni alguna vez... Incluso te olvidas de inmediato de la clave santo/señal y seña con la que lo hubieras evitado/arreglado todo. -¡Vaya...como el que lo necesitara! Y una caja y su corazón/coraza al otro lado de la calle del mundo viéndote marchar esperando expectante... -Pobre ignorante tú... ¡En el fondo eres tonto de solemnidad!