En mi tranquila habitación x? derrumbo sin saber cuántas paredes quedan por hacer... Y cebado por su perverso encanto, me disuelvo en el cauce amargo de esta dilatada noche, solitario refugio del plácido verano. Pero pronto otro día llegará... y, encerrado en la máscara de tinta/ de pasta de cristal, hoy te dejo estrellado en el folio blanco, cornisa fecal... ese de no decir nada/ -calvario de mi soledad-.